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EL ACOSO, HOSTIGAMIENTO Y AMENAZA COMO MECANISMO IDONEO PARA QUE RENUNCIEN LOS TRABAJADORES

Aunque es una práctica común de los empleadores y sus cancerberos, últimamente se ha intensificado este mecanismo en las empresas públicas y privadas.

Dada la “inamovilidad” decretada por el gobierno y como parte de la guerra económica, los empresarios están retomando la metodología del acoso, hostigamiento y amenaza para que los trabajadores renuncien a sus puestos de trabajo.
El mecanismo legal de calificar al trabajador ante las inspectorías para que esta tome la decisión con lugar o sin lugar no es confiable para los empresarios, no solo porque generalmente no tienen pruebas que evacuar sino porque las inspectorías, producto de la falta de personal (la mayoría) lo que genera ineficiencia aunque exista mucha voluntad; esto siempre ha existido y por ende no se les da respuesta oportuna ni a ellos ni a los trabajadores.

En Vargas esto ha venido siendo una práctica que prolifera de manera preocupante, más aún cuando a esto le agregamos que la empresa utiliza a algunos trabajadores en contra de otros trabajadores para que testifiquen en las inspectorías, tal es el caso de Almacenadora La Guaira. En Avifértiles Caribe cuentan tres trabajadores que fueron amenazados a punta de pistola para que hicieran y firmaran su renuncia, en el Hotel Eurobuilding el gerente de seguridad acosa y amenaza a los trabajadores, en Rutaca el viernes 2 de diciembre renunciaron masivamente 29 trabajadores por desmejoras salariales y por acoso laboral. En Supermercado Roca Azul utilizan el mecanismo de negarle a los trabajadores el suministro de alimentos como parte del hostigamiento, Polar que aún mantiene a los trabajadores en la calle, en Avior que despiden a diestra y siniestra inclusive a los Delegados de Prevención, Santa Bárbara, Aserca, Bolipuertos, IAIM, Venseaerinca, Ocamar, Gobernación, Alcaldía, Agequip, Seayt 211, etc., etc.

Esto lo saben en el Ministerio del Trabajo y en las inspectorías y hasta ahora no se han tomado medidas para frenar estos “despidos justificados”. Cuando el trabajador firma su renuncia y de paso la hace con su puño y letra bajo coacción y/o amenaza no hay manera de ampararlo, esto es lo que manifiestan en las inspectorías, ahora bien, se supone que en estos casos debe actuar la Fiscalía pero esta los envía a las inspectorías, el INPSASEL también debe actuar, pero le dicen al trabajador que no pueden hacer nada porque no está activo en la empresa, entonces los trabajadores se quedan total y absolutamente desamparados.

Es más que evidente la falta de interés y de compromiso por parte de las instituciones; en el caso del INPSASEL, como va a estar activo un trabajador que elaboró y firmó su renuncia bajo coacción y/o amenaza si en la inspectoría no lo amparan?, si esta es la excusa para no atenderlo, entonces estamos hablando de abandono total a los trabajadores; el INPSASEL debe actuar de manera expedita y verificar en sitio la presunta coacción, amenaza o acoso con la voluntad de resarcir el derecho al trabajador, luego conjuntamente con la inspectoría ejecutar la medida de reenganche o de liquidación doble.

Dentro del seno de la clase trabajadora hay un desconocimiento terrible de sus derechos; los “servidores” públicos no son quien para juzgar a un trabajador que sienta temor o miedo cuando lo amenazan y producto de esto renuncian. Esa frase trillada de “el que no la debe no la teme” es lo que aplica de manera implacable para “sacudirse” de encima a un trabajador que viene a solicitar apoyo de las instituciones.

La crisis política, la situación económica, la dispersión en el seno de la clase trabajadora, el movimiento sindical reformista repleto de aristócratas corruptos, son los que empujan a esta realidad que hoy se suma al atropello de nuestros hermanos de clase.

Por estas razones, entre otras, la lucha debe ser liderizada por la misma clase trabajadora, organizada, unida, formada y movilizada, no podemos sembrar nuestras esperanzas en las instituciones del estado, ni en los sindicatos a menos que asumamos el control de estos, la corruptela, la ineficiencia e ineficacia de las instituciones, solo puede ser eliminada bajo el control de la clase trabajadora, si esto no ocurre la arremetida de los empresarios será cada vez más feroz.