Es sabido que en Honduras el Pueblo
se lanzó a las calles en noviembre y diciembre de 2017 a intentar detener la
imposición continuista del actual gobernante, rechazando sus pretensiones
reeleccionistas, en violación de la Constitución de la República. Las masas
populares, hartas de tanto engaño y fraudes, tomaron la justicia por propia
mano y realizaron, durante varias semanas, una movilización autoconvocada a lo
largo y ancho del país, que a la altura de diciembre comenzó a hacer ceder a
las fuerzas represivas, incapaces de contener la furia popular. La
rebelión popular de costó la vida a más de 40 personas bajo las balas de la
guardia pretoriana del dictador: la Policía Militar del Orden Público.
Ese intento heroico fue toda una
epopeya que no tiene precedentes en la historia reciente, y que pudo haber
triunfado en sacar la dictadura orlandista, si los dirigentes políticos de la
oposición – -que en poco tiempo coparon la conducción del movimiento– hubieran
estado a la altura de su responsabilidad. Sin embargo, la dirigencia opositora
en lo que menos estaba pensando era en conducir una insurrección popular; sus
ojos estaban clavados en el conteo de votos y en la estira y encoje del
Tribunal Supremo Electoral, mientras sus bases por iniciativa propia se tomaban
carreteras y ciudades.
El instinto de clase de estos
dirigentes les impidió confiar en la hermosa insurrección pacifica que el
pueblo estaba desatando y optaron por no echarle gasolina. Por el contrario,
intentaron apagarla. En lo mejor del levantamiento, Nasralla se encargó de
echar un balde de agua fría al pueblo, renunciando en diciembre a seguir en la
luchar después de un viaje a Estados Unidos, para evitar que evolucionara a un
paro nacional que afectara a sus aliados capitalistas de toda la vida; y Manuel
Zelaya, por su parte, mando a todos a “descansar” y a “celebrar la navidad” con
nacatamales y otras hierbas. El movimiento fue contenido con estas decisiones y
posteriormente frustrado al no lograr su objetivo. JOH se impuso a punta de
bombas y balas el 27 de enero, y como consecuencia ocurrió una desmoralización
que paralizo el accionar de masas en el país.
Envalentonado por su logro, el
gobierno se dedicó a profundizar las medidas neoliberales que adopto en su
primer periodo. Inicio la privatización de las empresas estatales más
rentables; como la ENEE, el INFOP, Hondutel, y ahora continúa privatizando el
sector salud. Mientras que del lado de la dirigencia popular no se aprecia una
reacción a la altura de los desafíos, más allá de eventuales comunicados o
discursos de líderes opositores, o de movilizaciones esporádicas de la
Convergencia contra el Continuismo, pero no como parte de una estrategia de
lucha general.
Así las cosas, a muchos de quienes
salieron a jugarse la vida en las calles, los ha invadido la desesperanza de no
encontrar una salida a su crisis dentro del país, y entonces enfilan sus ojos
hacia el norte, basados en la suposición de que Trump o el nuevo gobernante
mexicano, podrían hallar un alivio a su desesperante situación.
¿Qué significa la
caravana de migrantes?
En ese contexto, se entienden mejor
las principales características y rupturas de la Caravana migrante, con el
modelo tradicional de migración:
1. Es una acción de
masas colectiva y autónoma, inédita en la historia de Centroamérica, no
concebida ni planificada por ninguna estructura política, gremial, criminal o
social, a pesar de lo que digan los mass media, motivados por intereses
políticos.
2. Si bien tiene
motivaciones económicas, en el fondo hay un sustrato de frustración política
dado por el contexto atrás analizado. Salir de Honduras se ha convertido en
otra forma de salir del sometimiento político a un gobierno que los quiere
obligar a vivir en el país más empobrecido de América Latina, y uno de los más
violentos y corruptos del mundo, dirigido por un gobierno igualmente violento y
corrupto
3. Los convocantes no
fueron liderazgos públicos reconocidos, mucho menos corporativos (partidos
políticos, gremios, etc.); fueron personas de liderazgos locales que convocaron
la actividad y miles acudieron gracias a que las redes sociales hicieron eco de
la misma, con un efecto multiplicador que sorprendió a todos y todas. El hecho
de que la primera caravana continua su camino y que más caravanas se organizan
en otras partes del país, a pesar de la detención de algunos dirigentes
populares que la apoyaban solidariamente (como Bartolo Fuentes de Honduras, ex
diputado del Partido Libertad y Refundación, e Irineo Mujica, activista de
“Pueblos Sin Fronteras” de Guatemala) demuestra que ningún gobierno acierta en
descubrir el verdadero liderazgo del movimiento.
4. La movilización
rompe el esquema gubernamental de movilidad geográfica, pues se realiza por
fuera de todos los canales convenientemente establecidos por los Estados para
ejercer el control fronterizo, que le permiten a los Estados vigilar quien
entra y quién sale, además de obtener ingresos fiscales.
5. Libera a los
viajeros de los elevadísimos costos de la migración no legal, porque los
“coyotes” (traficantes de personas), no seguirán recibiendo miles de dólares
por cabeza, ni podrán asesinar o abandonar en el desierto a sus “clientes”; ni
las empresas de transporte seguirán enriqueciéndose de la necesidad de viajar
de estas personas; ni los agentes de aduana corruptos podrán abusar económica
ni físicamente de sus otrora víctimas.
6. Proporciona más
seguridad durante el viaje, porque se realiza en condiciones de abierta
visibilidad, debido a lo cual las maras y las redes de trata de personas, así
como los agentes policiales abusadores, tendrán menos posibilidad de violentar,
reclutar, secuestrar, asesinar, prostituir y extorsionar, según sea el caso, a
quienes se movilizan, porque estos constituyen un grupo numeroso que se cuida
entre sí.
7. Tiene su soporte en
la solidaridad mutua, tanto de los mismos migrantes entre sí, como de los
pueblos del norte centroamericano, por donde estos transitan. Son ellos
quienes, con su mano solidaria y desinteresada, les permiten transportarse,
alimentarse, recibir atención médica, y soportar las inclemencias y sacrificios
del viaje.
8. Quienes salen de
Honduras, no salen bajo la categoría de “migrante” sino de refugiados. Es el
mismo tipo de flujo de refugiados que vemos en África, y recientemente en
Oriente Medio, donde millones huyen de la hambruna, la guerra o el crimen. De
Honduras, la población huye de los elevadísimos niveles de miseria, violencia
social, desempleo, corrupción e intolerancia política. Esto significa que,
amparados en el derecho internacional humanitario, salen en demanda de ser
tratados como personas que huyen, en este caso, de una catástrofe económica,
social y política que se llama Gobierno de JOH.
Consecuencias y
oportunidades
El desenlace de la caravana aún no
está claro, pero es posible adelantar algunas posibilidades.
1. La realización de
esta movilización ha producido el derrumbe de todo el discurso demagógico del
régimen hacia dentro y hacia fuera, sobre los “beneficios” que ha dado a la
población y coloca en cuestionamiento que ha hecho con todo el apoyo
internacional de programas como el Plan de Alianza para la Prosperidad (solo en
Honduras se desembolsó el equivalente a L.1875 millones). Si alguien tenía
dudas sobre la gravedad de la crisis social y política en esta ocasión todo
queda claro.
2. La indignación es
tal en el país, que ha vuelto a poner sobre la mesa la legitimidad y viabilidad
del gobierno de JOH, que abre una nueva oportunidad para el relanzamiento de la
lucha social y politica en contra del régimen ilegitimo de JOH, en un momento
de elevado cuestionamiento nacional e internacional.
3. Esto se potencia
por la reacción cuestionadora de Trump, que ha dejado evidenciada su
descontento con el gobierno de JOH, por su incapacidad de frenar la
movilización de masas, y probablemente eso acelere procesos de recambio que ya
tiene en mente para las próximas elecciones. Por ejemplo, se ha lanzado ya el
globo sonda de adelantar las elecciones.
4. Es muy probable que
reduzca la cooperación con Honduras en el corto plazo al no encontrar una
efectiva labor de control sobre los procesos de movilización hacia fuera.
5. También la presión
de Trump producirá que el régimen de JOH cometa más errores porque actuará no
en función de su cálculo político sobre la relación de fuerzas a lo interno,
sino de las exigencias del imperio, las que no siempre resultan “inteligentes”
para la estabilidad política interna.
6. Asimismo, la
respuesta del régimen de impedir la salida del territorio nacional, y su
imposibilidad de dar una alternativa efectiva a los centenares de miles de
hondureños y hondureña que quieren irse del país, se revertirá en su contra
porque la presión que podría salir hacia el exterior se orientará dentro del
país en contra del gobierno.
7. La causa del pueblo
de Honduras ha despertado la simpatía de los pueblos del mundo en particular en
Centroamérica.
Por todo lo anterior, estamos en un
momento histórico muy favorable para reactivar la lucha popular de masas para
lograr la salida. Es cuestión de aprovechar la oportunidad que el mismo Pueblo
con su lucha nos brinda.
(extracto de una nota de Tomás Andino
Mencía)