Por: Prensa Latina
Miles de personas clamaron hoy por el diálogo y la paz en
Nicaragua, en una concentración que constituyó también un acto de reafirmación
y apoyo al gobierno de Daniel Ortega, ante los intentos desestabilizadores de
la ultraderecha.
Reunidos en la emblemática avenida De Bolívar a Chávez, los presentes rechazaron la violencia y las agresiones que grupos vandálicos vienen cometiendo en las últimas semanas, pese a los constante llamados a un diálogo nacional que devuelva la estabilidad y la tranquilidad al país.
Reunidos en la emblemática avenida De Bolívar a Chávez, los presentes rechazaron la violencia y las agresiones que grupos vandálicos vienen cometiendo en las últimas semanas, pese a los constante llamados a un diálogo nacional que devuelva la estabilidad y la tranquilidad al país.
Cantos y música alegórica a la paz animaron el evento,
mientras un mar de banderas azul y blanca (enseña nacional) y rojinegras del
Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) eran ondeadas por la multitud.
Allí el secretario general del Frente Nacional de
Trabajadores, Gustavo Porras, afirmó que las familias nicaragüenses están
defendiendo la paz porque desean seguir con el desarrollo y progreso que tienen
con el FSLN.
"Queremos la paz, queremos la paz", expresó el
también presidente de la Asamblea General, quien resaltó los logros de las
políticas sociales y económicas impulsadas por el gobierno sandinista.
Por otra parte, a pocos kilómetros de esta concentración
tenía lugar una supuesta marcha pacífica precisamente en contra de esos
cambios, que terminó en actos vandálicos y enfrentamientos, desoyendo así los
constantes llamados a la paz de la mayoría de los nicaragüenses.
Bajo el lema de "Por la justicia y la
democratización", los manifestantes salieron desde los alrededores de la
Catedral de Managua y finalizaron su recorrido en la rotonda Cristo Rey.
Sin embargo, hacia el final de la demostración varios de
los luminosos árboles de la vida, emblemáticos símbolos de la capital, fueron
incendiados por promotores de la violencia, según pudo constatar Prensa Latina.
Asimismo, en el lugar de los hechos personas con el rostro
cubierto portaban de manera visible armas artesanales y fierros, en una actitud
de confrontación.
A su vez, en las inmediaciones de la rotonda Cristo Rey un bus del servicio urbano colectivo fue agredido con piedras, provocando así el pánico entre los pasajeros, entre los que se encontraban mujeres, personas mayores y niños.