A propósito de Trump....
Rodolfo Bueno
Últimamente, Washington anda patas
arriba. Se dice que, cuando en el Despacho Oval se trató sobre la restauración
de la protección para inmigrantes provenientes de El Salvador, Haití y algunos
países africanos, el Presidente Trump preguntó “por qué tenemos viniendo aquí a
toda esa gente de países (que son un) agujero de mierda”. Richard Durbin,
Senador del partido demócrata, presente en dicho encuentro, sostuvo que Trump
empleó un lenguaje “vulgar y racista”. El mandatario de EEUU negó esta
acusación, repetida por representantes de numerosos medios de comunicación, por
gobiernos de los países mencionados, además de otros enemigos políticos suyos,
y afirmó: “El lenguaje utilizado por mí en la reunión del DACA (programa de
Acción Diferida para los Llegados en la Infancia) fue duro, pero no fue ese…
Nunca he dicho nada despectivo sobre los haitianos aparte de que Haití,
obviamente, es un país muy pobre y problemático”. Además, acusó a los
demócratas de inventar noticias falsas. Algo de antipático debe tener, pues no
cesa la guerra en su contra.
Las cosas no se quedaron allí, el
Gobierno de El Salvador ha enviado una nota de protesta a EEUU por estas
“lamentables” declaraciones; Evo Morales, Presidente de Bolivia, ha escrito:
“Al insultar a países africanos, El Salvador y Haití, Trump insulta al mundo y
demuestra que su lenguaje y políticas están contaminados de racismo, fascismo,
soberbia e ignorancia del capitalismo… la historia ha demostrado que los que
ofenden así terminan tragándose sus palabras”; la Cancillería de Botswana
calificó la afirmación de Trump de “irresponsable, reprensible y racista” e
instó a toda el África a condenar enérgicamente estos comentarios; la
embajadora de la Unión Africana en Washington, Arikana Chihombori-Quao, le
recordó a Trump que a estos países de mierda van sus amigos a enriquecerse;
Cuba desaprobó estas declaraciones “racistas, denigrantes y groseras… llenas de
odio y desprecio que producen indignación en el pueblo cubano”; el Gobierno de
Haití condenó con vehemencia estas declaraciones “basadas en estereotipos… O el
presidente ha sido mal informado o es un maleducado”, declaró el Embajador de
este país; la Oficina de la ONU para los Derechos Humanos calificó el
comentario de “racista”. Se nota que a Trump, muchos no lo pueden ver ni en
pintura.
La polémica ha adquirido ribetes
tragicómicos e, incluso, el congresista demócrata Alexander Green anunció su
intención de presentar en el Congreso una solicitud para el ‘impeachment’
contra Trump, por pronunciar palabras nocivas para la sociedad estadounidense.
Ivanka debería prohibirle a su padre pensar en voz alta y que haga como hace
toda la cloaca de Washington, así denomina Donald Trump a la clase política de
EEUU, que, aunque es cortada por la misma tijera y piensa de manera semejante a
él, calla prudentemente.
Lo descabellado de Trump, por
irrealizable, es la sugerencia de que EEUU debiera recibir a “más personas de
lugares como Noruega”. En este país nórdico, uno de los más ricos del mundo en
reservas de petróleo y gas natural, viven los habitantes más felices del
planeta, protegidos desde la cuna hasta la sepultura, y que no están dispuestos
a aceptar dicha invitación. Para que un noruego abandonara lo cierto por lo
dudoso, debería recibir una oferta más que tentadora que, por falta de medios, no
le puede hacer el mandatario estadounidense.
Además, el problema real de Estados
Unidos no es el tipo de emigrantes sino que ya no puede competir con la China
en temas científico-técnicos porque sus estudiantes prefieren estudiar carreras
como administración de empresas y no matemática, física, química o biología, y
no hay cómo imbuirles otra mentalidad; tal vez piensen a futuro trabajar para
empresas chinas. Esta situación no va a cambiar ni aunque toda Noruega se
trasladara a EEUU y, más bien, Trump debería pensar en qué hacer para que unos
cien millones de científicos chinos emigraran a Estados Unidos. Tal vez así se
equilibrarían las cosas porque se dice que, en la actualidad, una universidad
norteamericana es un lugar donde profesores rusos enseñan a estudiantes de
China.
Por otra parte, Trump no debería de
renegar del emigrante de América Latina, porque éste se adapta mejor que los
norteamericanos al sistema de explotación de EEUU. Por ejemplo, un ecuatoriano,
si es pelucón, o sea de apellido rimbombante, en Ecuador sólo acepta trabajos
de escritorio, donde suda poco y gana mucho, y si no lo es, de todas maneras
goza de canonjías que da la ley; pero si esta misma persona emigra a EEUU,
trabaja sin chistar de sol a sol, agacha la cabeza y cumple cualquier orden.
Eso, Presidente Trump, no lo va a aceptar nunca un obrero noruego ni europeo.
Lo que sí se le recomienda es recordar
el diagnóstico que sobre EEUU hizo el Dr. Zbigniew Brzezinski, politólogo
norteamericano de origen polaco, para quien los actuales EEUU se semejan a la
URSS de los ochenta, por las siguientes seis razones: la bancarrota financiera
provocada por sus aventuras militares; la imposibilidad de reformar su sistema
político; la caída de su nivel de vida; la llegada al poder de una clase adinerada,
que sólo piensa en enriquecerse y a la que le es indiferente el destino del
resto del país; el intentar disimular los problemas internos, buscado enemigos
externos; y una política internacional, que los aísla del mundo.
Trump no puede sacar a EEUU
de esta situación catastrófica porque no lo apoya un pueblo organizado ni
cuenta con la voluntad para enfrentar al gran capital, al que él realmente
representa y que es el que saca provecho de estos seis factores.
https://www.rebelion.org/noticia.php?id=236666