por
Vladimir Volkov y Clara Weiss
5
septiembre 2018
En febrero de 2018 se encontraron unos
30 documentos manuscritos de miembros encarcelados de la Oposición de Izquierda
trotskista de los años 1932-1933 en la prisión de Verkhneuralsk en los Urales
al sur de Rusia. La mayoría de ellos fueron escritos en cuadernos. Los
documentos fueron descubiertos durante el trabajo de mantenimiento debajo de
los tablones del piso en la cámara n.° 312 de la prisión.
Solo una pequeña parte de la literatura
de la oposición trotskista que se escribió en la Unión Soviética en este
período se conoce hasta ahora. La policía secreta estalinista, la OGPU-NKVD,
hizo todo lo posible para destruir los documentos producidos por los
trotskistas. Solo unos pocos cruzaron la frontera para ser publicados en
el Boletín de la
Oposición, que fue editado por León Trotsky, el líder de la
Oposición de Izquierda, y su hijo Lev Sedov.
Páginas de cuaderno escritas por miembros de la Oposición de Izquierda Soviética |
El descubrimiento de estos documentos es
de gran importancia histórica y política. El contenido de los tres documentos
publicados hasta ahora es una poderosa reivindicación de la lucha de décadas
del movimiento trotskista, que fundó la Cuarta Internacional en 1938, contra el
estalinismo contrarrevolucionario. Su publicación constituye un gran golpe para
las escuelas de la falsificación estalinistas y postsoviéticas que, durante
décadas, han intentado difamar, menospreciar y silenciar al movimiento
trotskista.
Los documentos confirman que
la Oposición de Izquierda, incluso después de haber sido expulsada del Partido
Comunista y arrojada tras las rejas, siguió siendo una fuerza formidable. Como
señaló el historiador Alexander Fokin, quien enseña en la Universidad Estatal
de Chelyabinsk y se encuentra entre quienes trabajan para publicar estos
documentos:
Lev Sedov, el hijo de León Trotsky y editor del Boletín de la Oposición |
En
historiografía, se ha consolidado la visión de que después de 1927, después de
la derrota de Trotsky, la Oposición de Izquierda en Rusia dejó de existir de
facto. Pero este descubrimiento prueba que ni siquiera la prisión
estalinista pudo doblegar a esta gente —ellos organizaron y continuaron la
lucha. Con base en los manuscritos, está claro que de hecho se estaban
esforzando para crear un cierto programa alternativo para el desarrollo de la
URSS.
La
Oposición de Izquierda surgió en el otoño de 1923, en el último período de la
vida de Lenin y en medio de la abortada revolución alemana, cuando el
crecimiento del burocratismo en el Estado soviético y el Partido Comunista ya
estaba despertando a una oposición dentro del partido y en la clase obrera en
su conjunto. El atraso de la economía rusa, la herencia del zarismo y el
retraso de la revolución internacional, y especialmente de la europea,
fortalecieron las capas conservadoras y de orientación nacional del partido y
el aparato estatal. Encontraron su justificación ideológica en la teoría del “socialismo
en un solo país”, que fue promovida por Bujarin y Stalin a fines de 1924 en
oposición directa al espíritu y la perspectiva internacionalista de la
Revolución de Octubre de 1917.
Durante
el período de la Nueva Política Económica (NEP, por sus siglas en ruso) a
mediados de la década de 1920, la Oposición de Izquierda criticó a la facción
dominante dentro de la dirección del partido, encabezada por Stalin e
incluyendo las fuerzas centristas y derechistas, por adaptarse a los “Nepmen”
pequeñoburgueses y aspirantes a burgueses, y a los kulaks (campesinos ricos),
así como para bloquear propuestas para acelerar la industrialización y para
reprimir la democracia interna del partido. En política exterior, los
trotskistas condenaron la línea cada vez más oportunista de la Comintern, la
cual llevó a una serie de derrotas devastadoras de la clase obrera, incluso en
Reino Unido y China.
León Trotsky con dirigentes de la Oposición de Izquierda soviética en 1927 |
En el otoño de 1928, el curso derechista
de la dirección oficial del Partido Bolchevique fue reemplazado por un zigzag
ultraizquierdista. Una de las razones de esto fue una crisis en la producción
de granos provocada, como la oposición lo había previsto, por la falta de
voluntad de los kulaks para vender grano al Estado a precios desfavorables para
ellos. Después de un período de lenta industrialización y creciente dependencia
de los mecanismos del mercado, los líderes estalinistas pasaron al otro
extremo: una política caótica y aventurera de superindustrialización y
colectivización violenta de la agricultura.
Como resultado de la agudización extrema
de la lucha interna del partido, Trotsky y Zinóviev, junto con unos 8.000
opositores, fueron expulsados del partido en el Decimoquinto Congreso del
Partido en diciembre de 1927. A partir de este punto, aumentó de manera
constante la represión contra los miembros de la Oposición de Izquierda. La
condena al exilio fue reemplazada por penas de prisión, y las condiciones de
encarcelamiento se volvieron cada vez más crueles. Según enfatizó el
historiador y sociólogo Vadim Rogovin, “[L]os fundamentos del régimen político
burocrático-centrista, que se protegía de cualquier intento de llevar a cabo la
renovación socialista, fueron sentados en la lucha de las facciones gobernantes
contra la Oposición de Izquierda”. (V. Z. Rogovin, Vlast 'i oppozitsii, Moscú:
1993, pág.118.)
Junto con las prisiones
políticas en Yaroslavl y Suzdal, la prisión de Verkhneuralsk, cuyo edificio se
había construido en la década de 1910, se convirtió en un centro para el
encarcelamiento de disidentes expulsados, incluidos los bolcheviques-leninistas,
como se hacían llamar los opositores trotskistas.
Foto del edificio de la cárcel política de Verkhneuralsk, que ha sido convertida en museo |
Entre las figuras más conocidas en la
prisión política de Verkhneuralsk estaban los antiguos miembros del Buró
Político Grigori Zinóviev y Lev Kámenev, el ex jefe del Gosbank (Banco Estatal)
y vicepresidente del VSNKh (Consejo Superior de la Economía), Georgii Piatakov,
el exsecretario del Komintern, Karl Radek, el exeditor en jefe de Komsomolskaia
pravda, Aleksandr Slepkov y su amigo, el escritor Dmitrii Maretskii, que era
hermano de Vera Maretskaia, una famosa actriz de cine soviético de la década de
1930. Entre los prisioneros también había pequeños grupos de mencheviques,
socialistas revolucionarios y representantes de otras tendencias políticas.
Una
lista de 117 nombres de bolcheviques-leninistas encarcelados, publicada en
el Boletín de la Oposición en
marzo de 1931, incluía a algunos de los representantes más destacados del
trotskismo internacional de la época: Fedor Dingelshtedt, destacado teórico de
la Oposición de Izquierda; Viktor Eltsin, el editor de las Obras Escogidas de
Trotsky en ruso; Man Nevelson, el esposo de la hija menor de León Trotsky, Nina
Bronstein, y una de las principales opositoras por derecho propio, Musia Magid,
e Igor' Poznansky, uno de los exsecretarios de Trotsky y uno de sus
colaboradores más cercanos.
Quizás
de la mayor importancia entre los documentos publicados sea la tesis
bolchevique-leninista sobre el “golpe fascista en Alemania” del primero de
abril de 1933. (Haga clic aquí
para descargar el texto completo en ruso.) Escrito solo dos meses después de
que Hitler fuera colocado en el poder por una conspiración en los niveles más
altos de la burguesía y el Estado alemanes, ofrece un agudo análisis de los
orígenes del fascismo alemán y las tareas que a las que se enfrenta la clase
trabajadora en toda Europa. El documento comienza colocando el surgimiento del
nazismo en el contexto de la crisis del capitalismo mundial:
Miembros de la Oposición de Izquierda exiliados. Arriba a la izquierda: Viktor Borisovich Eltsin. En el medio a la derecha: Igor M. Poznansky. Ambos fueron estrechos colaboradores de León Trotsky |
El
golpe contrarrevolucionario organizado por el Estado que acaba de ocurrir en
Alemania, la contrarrevolución de marzo, es un acontecimiento de la mayor
importancia histórica. La guerra mundial imperialista no ha resuelto ninguna de
las contradicciones de la sociedad capitalista. Por el contrario, los
intensificó y profundizó extraordinariamente, llevándolas a un nivel superior
... La crisis económica mundial ha sacudido profundamente los cimientos de la
sociedad capitalista. Incluso un leviatán imperialista como Estados Unidos ha
temblado bajo sus golpes.
El documento enfatiza que la decisión
del capitalismo alemán de colocar al fascismo en el poder significó una
intensificación de la contrarrevolución internacional. La burguesía alemana,
argumentan los bolcheviques-leninistas, había decidido destruir las concesiones
que se había visto obligada a hacer a raíz de la revolución traicionada de
1918-19 de los trabajadores y marineros alemanes.
Una parte importante del
documento trata de la traición del Partido Comunista Alemán (KPD, por sus
siglas en alemán) y sus implicaciones históricas. Atacando violentamente al KPD
por haber sembrado ilusiones en los elementos supuestamente “socialistas” del
programa del nacionalsocialismo, por haber orientado más a los trabajadores
alemanes hacia el partido nazi, por haber glorificado el ascenso del fascismo
como “una radicalización de izquierda de las masas” todo el tiempo oponiéndose
a un frente unido con los trabajadores del Partido Social Demócrata, declara:
La falta de oposición de los dirigentes
del Partido Comunista Alemán al golpe fascista es solo el eslabón decisivo y
final en la cadena de traiciones a la revolución mundial que el estalinismo
internacional ha cometido durante el prolongado período de los años anteriores.
Esta traición a la revolución internacional ... pasará a la historia junto con
la fecha del 4 de agosto de 1914 [cuando la socialdemocracia alemana aprobó
créditos de guerra para el gobierno alemán].
Al rechazar la revolución
permanente internacional, la burocracia alimenta la contrarrevolución. La
burocracia de la URSS ha despejado constantemente el camino para la reacción
mundial para aplastar al movimiento comunista. La URSS se está aislando del
proletariado mundial del mismo modo que este último está siendo aislado del
proletariado de la URSS.
Los
bolcheviques leninistas no solo criticaron al KPD por sus políticas. Resumieron
la alternativa que se había proporcionado durante años a través de los análisis
y declaraciones de la Oposición de Izquierda, y especialmente de León Trotsky,
sobre la situación en Alemania. Luego presentaron sin rodeos la única política
correcta que, si la Internacional Comunista la hubiera implementado
internacionalmente, podría haber cambiado la situación y el equilibrio de
fuerzas a favor de la clase trabajadora:
A la luz del creciente peligro de un
golpe fascista, la dirección revolucionaria de los comunistas estaba obligada
a:
Fortalecer día tras día el
frente antifascista de la clase trabajadora;
Preparar cuidadosamente una
huelga general para su realización inmediata en respuesta a cualquier intento
de golpe fascista;
Preparar cuidadosamente todo
lo posible para armar a los trabajadores en el momento del asalto de la
contrarrevolución;
Movilizar las mejores fuerzas
del movimiento comunista mundial para ayudar al proletariado alemán;
Movilizar al Ejército Rojo de
la URSS para el apoyo activo de un ataque antifascista de la clase obrera
alemana;
Declarar abierta y
valientemente a la opinión pública proletaria en Alemania que no está solo en
su heroica lucha con el fascismo, que el proletariado de la URSS lo ayudará a
aplastar la contrarrevolución con todos los recursos que el país tiene a su
disposición, incluso con las fuerzas armadas, que han estado esperando este
momento histórico en total disposición de movilización, que el proletariado
ruso cumplirá su deber hacia sus hermanos alemanes con la misma decisión con la
que este cumplió el suyo hacia Rusia en 1918.
Al no intentar siquiera cumplir con
estas “responsabilidades revolucionarias internacionales elementales”,
declararon los bolcheviques-leninistas, “el estalinismo internacional ha
preparado y condicionado esta gigantesca derrota mundial del proletariado. De esta manera, ha completado su propia
traición a la revolución. De esta manera, el Comintern se ha excluido de la
lista de factores revolucionarios, convirtiéndose en la zaga, el ala izquierda
de la socialdemocracia”. [Subrayado en el original.]
El documento sin rodeos
resume los peligros que enfrenta la clase trabajadora. “Las contradicciones
internas y externas empujarán al gobierno de la Alemania fascista en el camino
hacia la agresión externa, y en el plano histórico, en contra de la URSS, ya
que no hay otra forma de la prolongada consolidación de la contrarrevolución
sino a través de la guerra”.
Sin embargo, el régimen nazi
no duraría décadas, sino años, predijeron los bolcheviques-leninistas, y la
clase obrera entraría en luchas revolucionarias, incluso en la propia Alemania:
La clase obrera alemana constituye la
mitad del país. Estamos viviendo una época de guerras y revoluciones, cuando la
experiencia política de las masas crece rápidamente, cuando todos los procesos
de la vida social se mueven a una velocidad siete veces mayor, cuando las
clases no pueden permanecer durante un largo tiempo en un estado de confusión o
pasividad, no importa cuán crueles fueron las derrotas que habían sufrido.
El documento concluye:
La revolución mundial está entrando en
una de sus fases más dramáticas. Explicar esto a los trabajadores de todo el
mundo, movilizar a los trabajadores, asegurar que la clase obrera comprenda las
causas que llevaron a esta situación, que entienda que la victoria del
proletariado es imposible bajo el régimen estalinista, no solamente aquí [en la
Unión Soviética], sino también se hace más difícil en Europa, que el
estalinismo internacional es una de las barreras decisivas que la clase
trabajadora necesita aplastar para superar la ola gigante de la reacción
mundial —esta es nuestra tarea principal. Y estamos obligados a cumplirla con
todas las posibilidades y en todas las formas que tenemos a mano.
Las tesis fueron firmadas por
30 trotskistas encarcelados, entre ellos: Dingel'shtedt F., Kariakin M.,
Papirmeister P., Shinberg B., Novikov P., Abramskii A., Portnoi M., Bodrov M.,
Papirmeister Ya., Fel'dman, Nevel'son M., Kessel', Borzenko, Blokh, Kugelev,
Kozhevnikov N., Zaraikin, Papirmeister S., El'tsin V. B., Danilovich L.,
Khugaev K., Brontman, Vashakidze, Gogelashvili, Topuriia, Efremov, Shiptal'nik,
Sasorov, Kholmenkin, Shvyrov.
El cuaderno titulado “La situación en el país y las tareas de los bolcheviques-leninistas” |
El documento es, en todos los aspectos,
extraordinario. Aislados de la Oposición de Izquierda Internacional y
encarcelados, los trotskistas soviéticos ofrecieron un análisis que en todos
los puntos críticos coincidió por completo con el de Trotsky, agregando
aspectos y énfasis que son importantes para una evaluación histórica completa
de 1933. Aunque todavía no llamaban a la creación de la Cuarta Internacional,
un llamamiento que el mismo Trotsky emitiría más tarde ese mismo año, no hay
duda de que, a juzgar por este documento, los principales trotskistas
soviéticos habrían apoyado y contribuido a la construcción de la Cuarta
Internacional. Además, la distribución de tales documentos en Europa y
especialmente en Alemania, en medio del colapso total de las antiguas
direcciones, habría tenido un gran impacto en la conciencia de miles o millones
de trabajadores.
Los documentos publicados
hasta ahora son solo una décima parte de lo que se ha encontrado. Entre los
manuscritos descubiertos se encuentran varios cuadernos bajo el título común:
“La crisis de la revolución y las tareas del proletariado”. Otros documentos
llevan títulos como: “¿Una revolución unificada o ambigua?”, “Sobre los
resultados de la discusión sobre la revolución permanente”, “La teoría de la
revolución permanente y la teoría del socialismo en un solo país”, “Sobre la
base teórica de la oposición leninista y el nacionalsocialismo estalinista”,
“Cuestiones básicas de la economía y la política del período de transición”,
“Tesis sobre política económica (para una discusión general y colectiva)”.
Estos documentos subrayan,
ilustran y, en cierto sentido, concretan la escala del crimen histórico que la
burocracia estalinista cometió al aislar a estos cuadros del proletariado
soviético e internacional y luego asesinarlos en el genocidio político del Gran
Terror. Es precisamente porque la burocracia estalinista reconoció que su línea
política resonaba internacionalmente con las experiencias vivas de la clase
trabajadora y articulaba claramente sus tareas históricas y políticas que las
reprimía con una ferocidad históricamente sin precedentes.
A partir de 1933, los
oposicionistas fueron llevados a campos de trabajos forzados, y para fines de
1936 prácticamente se encontraban en los dos lugares más horribles: los campos
de Kolyma en Siberia Oriental y los campamentos de Vorkuta cerca del círculo
polar en el norte de los Urales.
Aquí muchos murieron de
hambre, enfermedades o por el trabajo forzado, o fueron ejecutados. Temiendo
que un ascenso de la clase obrera internacional beneficiara al movimiento
trotskista, la burocracia estalinista avanzó para intensificar sus represiones
y lanzó el Gran Terror, en el que no menos de 20.000 a 30.000 trotskistas
soviéticos y cientos de miles o incluso millones de comunistas y socialistas e
intelectuales fueron asesinados. Prácticamente todos los del aislador político
de Verkhneuralsk estaban entre los asesinados.
Uno de los panfletos escritos a mano del aislador político de Verkhneuralsk |
No hay duda de que los cuadros que
fueron destruidos por Stalin habrían jugado un papel central en liderar los
movimientos revolucionarios contra el fascismo que estalló dentro de la clase
obrera europea tanto en la víspera de la Segunda Guerra Mundial como a
principios de los años cuarenta. El terror masivo del estalinismo contra el
movimiento trotskista y comunista, pronto instigado por la horrenda devastación
asesina del nazismo, proporcionó las condiciones bajo las cuales estos
movimientos podrían ser manipulados políticamente y puestos bajo el control del
estalinismo.
Estos documentos justifican
poderosamente la lucha trotskista contra la burocracia estalinista
contrarrevolucionaria. Cada elemento de su análisis fue confirmado por los
acontecimientos. Nadie, después de leer estos documentos, puede argumentar que
la Oposición de Izquierda era una fuerza política insignificante en la Unión
Soviética. Cada línea de estos documentos está impregnada de optimismo
revolucionario, tenacidad y previsión, y un espíritu de lucha orgulloso y
endurecido.
El movimiento trotskista fue
y ha sido siempre, como lo subrayaron los bolcheviques-leninistas, ante todo
una tendencia internacional. Esta es la razón por la cual, cualesquiera que
sean los horrendos crímenes de Stalin y las pérdidas extraordinarias que
sufriera el movimiento trotskista, no pudo ser derrotado o destruido como
tendencia política.
La
Cuarta Internacional se fundó en 1938 en París, en medio de la mayor ola de
terror contrarrevolucionario en la historia mundial. Fue, como dijo David North
en La Revolución rusa y
el siglo XX inconcluso, la victoria de Trotsky sobre Stalin. Al
final, fueron las burocracias estalinistas, sus partidos de masas y sus
aparatos, lo que colapsó sin gloria en 1989-91, mientras que el movimiento
trotskista, el Comité Internacional de la Cuarta Internacional, procedió a
construir lo que ahora es el sitio web socialista más leído en Internet,
el World Socialist Web
Site.
De
manera significativa, el descubrimiento de estos documentos fue ampliamente
cubierto en los medios de comunicación rusos, sobre el cual informaron los
principales medios de comunicación, incluyendo el diario de negocios Kommersant y la Komsomol'skaia Pravda. Kommersant, uno de los
periódicos más leídos en Rusia (en 2013 tenía una circulación diaria de entre
120.000 y 130.000 ejemplares) imprimió dos de los documentos completos
en su edición en línea (los dos primeros mencionados en este artículo) y
entrevistó a una serie de historiadores sobre ellos.
Existe un profundo sentido en
la sociedad rusa de que este material histórico y las preguntas que plantea son
importantes, no solo para los archivistas, sino también desde un punto de vista
político contemporáneo. Cientos y miles de personas, si no decenas de miles, en
Rusia ya habrán leído estos documentos. Muchos de ellos quedarán impresionados
por el grado de claridad histórica, política, nitidez y previsión que los
trotskistas demostraron en ellos.
Instamos
a los lectores de estos documentos a ponerse en contacto con el World Socialist Web Site y
discutir estas preguntas con nosotros. El Comité Internacional de la Cuarta
Internacional representa la única continuación de la heroica lucha de la
Oposición de Izquierda soviética e internacional. Lleva décadas luchando para
defender la perspectiva trotskista del socialismo internacional y su análisis
del papel contrarrevolucionario del estalinismo, que estos documentos ilustran
tan poderosamente.
A
principios de este año, el CICI publicó la traducción rusa de En defensa de León Trotsky de
David North, que constituye una importante contribución para comprender los
problemas históricos y políticos básicos vinculados con la traición estalinista
a la Revolución de Octubre, la lucha por el trotskismo y la escuela
postsoviética de la falsificación histórica.
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ayúdanos a distribuirlo lo más ampliamente posible!
Contáctanos si
estás interesado en trabajar con nosotros en estas cuestiones históricas sobre
una base de principios.