Por Franco Vielma
Recientemente el centro de
inteligencia financiera y estudio de mercado petrolero HFI Research,
publicó un estudio que esquematizaba las perspectivas del mercado
energético con respecto a Venezuela, frente a las acciones de boicot comercial
con las que el gobierno de EEUU pretende asfixiar a la nación petrolera.
HFI Research es enfático al
realizar varias afirmaciones: “Las exportaciones de crudo de Venezuela se están
moviendo hacia abajo, pero no hay colapso”, al menos en el corto plazo, como
han anunciado personeros estadounidenses.
Contrario a la inflexión de
la agresiva política de embargo petrolero aplicado a Venezuela, está la progresiva
desviación del crudo venezolano a otros mercados. “El volumen de crudo se está
moviendo a China e India, por lo que es improbable un cambio de régimen en
Venezuela”, reseña la firma financiera.
LA NUEVA RUTA DEL CRUDO
VENEZOLANO
La trama de bloqueo contra
Venezuela ha generado la búsqueda de nuevos mercados para el crudo venezolano y
esta apunta a los países del bloque emergente. Pero esto ocurre con enormes
contrariedades.
Según diversos medios,
presiones exactas del gobierno estadounidense contra la India, inhibieron la
ampliación de los acuerdos vigentes entre Venezuela e India, cuestión que dio
cierre a la probabilidad planteada a mediados de febrero de que Venezuela
duplicara sus despachos a la nación asiática. La más reciente visita de Mike
Pompeo a la nación asiática cumplió ese cometido.
El conglomerado indio
Reliance Industries principal cliente de PDVSA en ese país se comunicó con la
agencia AFP e indicó: “nuestra filial en Estados Unidos ha parado por
completo todos los negocios con la petrolera del Estado de Venezuela, PDVSA, y
su matriz global no ha incrementado las compras”.
Venezuela, país que ha
defendido el enfoque multipolar de las relaciones internacionales, ha tenido
que emplear acciones para llevar de la retórica al hecho comercial el impulso
de relaciones alternativas para la colocación de su recurso estratégico,
responsable del 95% de ingreso de divisas por vía de exportaciones a la
economía venezolana.
Pero construir una ruta comercial
“contrahegemónica” o que al menos pueda sortear las alcábalas financieras
de EEUU no es algo fácil, pues el cierre de cuentas y el congelamiento de
activos financieros de Venezuela es un hecho. Más complejo aún, es
comercializar crudo a expensas de evadir el largo brazo de la política
estadounidense, el cual está presto a sancionar a cualquier empresa que haga
negocios petroleros con la nación caribeña.
En ese sentido el Ministerio
de Energía de Azerbaiyán informó durante la más reciente reunión de monitoreo
de la OPEP en Bakú, que Venezuela desviaría a China y a Rusia sus envíos
petroleros, haciendo de estos países sus principales socios. Entretanto, el
ministro venezolano Manuel Quevedo, afirmó en esa misma cita que Venezuela se
encaminaba a diversificar su cartera de clientes.
AFECTACIONES A PDVSA
Venezuela por medio de su
estatal Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA) solía importar unos 100 mil
barriles al día de nafta desde EEUU, un diluyente indispensable para procesar,
transportar y despachar crudo extrapesado, el principal crudo de exportación de
Venezuela. Pero las acciones de la Casa Blanca han dado al traste con ello, por
lo cual Venezuela ha visto una afectación en sus niveles de producción
perdiendo unos 300 mil barriles al día sólo por ese factor. Un daño de gran
proporcionalidad a los ingresos venezolanos, a causa del boicot que EEUU está
efectuando no solo en suelo estadounidense, sino en otros países en simultáneo.
La empresa India Reliance
Industries, en su giro comercial con Venezuela por presiones estadounidenses, reveló
que “Desde que se impusieron las sanciones y en contra de lo que dicen algunos
informes, Reliance ha detenido toda provisión de diluyentes a PDVSA y no
reanudará esas ventas hasta que las sanciones se levanten”. Así fue referido
por BBC, a nombre de Reliance, propiedad de Mukash Ambani, el hombre más rico
de Asia y quien tiene estrechos vínculos con la economía estadounidense.
El 29 de enero Venezuela
recibió el último despacho de nafta a cargo de Reliance en el puerto de Jose,
en el oriente venezolano, según Refinitiv Eikon, una firma
energética especializada en refinación de crudo. En días recientes la
empresa mixta venezolana Petro San Félix, también en el oriente, sufrió un
sensible ataque a sus instalaciones con la explosión provocada explosión provocada
de dos tanques con diluyentes, evento que fue catalogado por el presidente de
PDVSA, Manuel Quevedo, como un “acto terrorista” que estaría enmarcado en
la hoja de ruta para desestabilizar al país.
Tanto el bloqueo a la compra
de diluyentes como el ataque a los tanques con diluyentes en suelo venezolano,
por su simultaneidad, hacen enormemente probable que los golpes sean
acompasados y directos a la médula económica venezolana.
En ese sentido Venezuela ha
tenido que empezar a mezclar crudo liviano, con su crudo extrapesado, para
poder realizar despachos y evitar una caída estrepitosa de sus exportaciones.
El crudo liviano de Venezuela es cada vez más escaso y es el insumo fundamental
de la dieta de las refinerías venezolanas, las cuales surten el mercado interno
de combustibles.
Esto último supone que
Estados Unidos espera golpear la normalidad del flujo de gasolina en
Venezuela, mediante una “operación de tijeras” a los procesos vitales de
PDVSA. Este elemento está conectado sin dudas, con las afirmaciones que hace
poco hiciera el senador estadounidense, Marco Rubio, quien afirmó
proféticamente que “la población venezolana sufriría una severa escasez de
alimentos y gasolina”.
LAS SANCIONES A LA ECONOMÍA
ESTADOUNIDENSE
Las acciones de asfixia a
Venezuela por defecto también están sancionando a la economía estadounidense y
a su circuito de empresas de refinación. Según HFI Research, “el saldo de
almacenamiento de crudo extrapesado en EEUU perderá unos constantes 3.5
millones de barriles por semana” por lo cual la caída no
inminente del Presidente venezolano Nicolás Maduro es “una mala noticia
para las refinerías de EEUU ya que la escasez empeora”, indicaron.
HFI Reserach subraya que los
constantemente pregonados daños a la economía estadounidense, antes de la
actual batería de sanciones, son un hecho. A la larga, y a menos que EEUU logre
sustituir el crudo pesado venezolano, el daño al sensible circuito de
refinación estadounidense puede ser grave, pues varias refinerías
estadounidenses, están encargadas y modificadas para procesar el crudo pesado
venezolano.
Los otros grandes proveedores
de ese crudo, Arabia Saudita y Canadá, lidian con particularidades logísticas,
como el costo en flete marino y el paso desde Alberta (Canadá) por oleoductos,
el cual es limitado. No obstante, el crudo pesado venezolano de 8 a 10 grados
API es virtualmente insustituible en varias refinerías y estas tendrían que
modificarse para sostenerse dada la existencia cero de despachos venezolanos a
Estados Unidos desde la segunda semana de marzo, según la Agencia
Internacional de Energía.
La Administración Trump, que
ha prometido un desplazamiento “inmediato” del Presidente Maduro del
poder, lidia ahora con una carrera contra el tiempo que se está replicando en
su mercado petrolero, cuestión que implica la gravedad de un “error de
cálculo” político con repercusiones económicas.
Según Reuters, “la repentina
caída de envíos de crudo venezolano agravó la escasez global del crudo pesado
que las refinerías estadounidenses del Golfo de México prefieren” y esas
empresas buscan sustituir el crudo de Venezuela con despachos pequeños de otros
países latinoamericanos que tienen crudos de grados similares. De acuerdo a
Ryon Fitzmaurice estratega de energía de la firma Rabobank “las sanciones
ya están generando un efecto paralizante en los suministros de petróleo”.
De proyectarse la situación
al cabo de meses, el daño a los sistemas de refinación estadounidenses será
desproporcionado. Vicente Nieves analizó para el medio El Economista de
España las perspectivas de los extrapesados y aseveró que el énfasis de la
crisis del crudo extrapesado venezolano golpeará exclusivamente a las
refinerías estadounidenses. Pues desde hace mucho, las condiciones están
servidas.
El crudo extrapesado tiene un
“mercado estrecho”, representa el 10% de la producción mundial y Venezuela,
Canadá y Arabia Saudita son los líderes del ramo. Señala Nieves que ese crudo
“ya escaseaba antes de las sanciones a Venezuela y ahora será probablemente más
difícil de conseguir”. Indicó que más de la mitad del crudo extrapesado que se
procesa en el mundo, es refinado en suelo estadounidense.