La destrucción de la historia
Róbert Nárai
Acababa de ponerse el sol el viernes por la noche cuando sonó el
teléfono. Miklós Mesterházi del Lukács Archívum en Budapest se enteró de que la
Academia Húngara de Ciencias (MTA) confiscaría toda la colección de manuscritos
y correspondencia que se encontraban allí.
El siguiente lunes por la mañana,
llegaron los empleados de MTA y comenzaron a examinar la colección. Revisaron
el inventario y se prepararon para trasladar el material al Departamento de
Manuscritos y Libros Raros del Centro bibliotecario e Informativo de la MTA.
Según la MTA, su decisión se basa en el
espíritu de "integridad académica": la ubicación de los manuscritos
les permitiría digitalizar la colección, lo que permitiría acceder al material
a más académicos.
Pero debemos situar la decisión de la
MTA dentro de la coyuntura histórica y política de Hungría.
Desde la transición del socialismo de
Estado a la democracia burguesa en 1989, la MTA ha venido perdiendo personal de
forma permanente, por lo que los proyectos de investigación y edición son casi
imposibles. El archivo de la obra de Lukács, mucha de la cual no ha sido
publicada y aún está por estudiar, en dicha instalación, no sirve ni para la
"integridad académica" ni para los intereses de la
"investigación", sino todo lo contrario.
Más aún, Hungría vive hoy bajo un
régimen autoritario que quiere reescribir el pasado de la nación. El régimen de
Orbán trabaja para rehabilitar las tradiciones nacionalistas y fascistas de
Hungría. Ha derribado estatuas en honor a quienes lucharon contra la dictadura
militar de Horthy y el régimen de la Cruz Flechada, reemplazándolos con
monumentos que glorifican a los antisemitas y a los colaboradores nazis.
El partido gobernante Fidesz pone en el
punto de mira a inmigrantes, romaníes, musulmanes, judíos, comunistas,
socialistas, liberales y quien considere extraño. Ha tomado el
control de numerosas instituciones estatales y amenazó con liquidar numerosas
instituciones de la sociedad civil; incluso la Universidad Centroeuropea.
En este clima de paranoia y miedo, la
MTA no quiere parecer apoyando a un "comunista", por lo que bajo el
manto de la racionalización y la eficiencia, están trabajando para desmantelar
los archivos.
Lo que está en juego
El Lukács Archívum es una instalación
única para la investigación.
Los visitantes pasan por las mismas
habitaciones en las que Lukács vivió y trabajó desde 1945 hasta su muerte en
1971. El apartamento, a orillas del Danubio y que domina el puente de la
Libertad ( Szabadság híd), alberga no solo sus manuscritos sino también su
biblioteca completa, con todas sus anotaciones Los eruditos que han trabajado
en la instalación a lo largo de años han recopilado allí más o menos todo lo
que publicó el gran teórico marxista.
Pero el archivo perderá su activo más
valioso cuando el MTA traslade los manuscritos. Un ejemplo para hacernos una
idea de su valor.
Uno de los logros teóricos más
significativos de Lukács fue su teorización de los impactos sociales de la
producción de mercancías. Bajo este sistema [el capitalismo], los productos terminados
son ajenos a los trabajadores que los crean. El trabajo bajo el capitalismo es
degradante y monótono; convierte a los trabajadores y trabajadoras en máquinas.
Todo el proceso está diseñado para maximizar el beneficio, transformando la
dimensión cualitativa de la experiencia humana, el trabajo, en una medida
cuantitativa del tiempo. "Aquí", escribió Lukács en Historia y
Conciencia de clase, " la persona se convierte en espectador impotente de
todo lo que le ocurre a su propia existencia, fragmento aislado e integrado a
un sistema ajeno".
A pesar de ser un producto del trabajo
humano, la producción de mercancías solo se expresa en mecanismos sociales
inhumanos: dinero, mercados, capital y salarios. Estos adquieren vida propia,
apareciendo como sistemas naturales, hostiles y respetuosos de la ley que nadie
puede comprender y mucho menos controlar.
Una vez que se vuelve universal, esta
lógica subordina todas las esferas de la existencia humana a su racionalidad
matemática. Un código abstracto y formal diseñado para procesar miles de casos
rige un sistema legal encargado de tomar decisiones de vida o muerte. La
política, separada de la vida cotidiana, comienza a parecer inalterable.
Abismos gigantes dividen estos mundos, y cada esfera de la existencia parece
independiente de la otra.
Lukács repudiaría más tarde estas
posiciones bajo la presión del Comintern: primero, con Zinóviev a la cabeza y
luego bajo Stalin. Sus puntos de vista radicales no encajaban con la reacción
termidoriana que tuvo lugar tanto en la Unión Soviética como en el movimiento
comunista internacional.
Hasta la fecha, el intento más claro de
justificarse aparece en la introducción de 1967 a Historia y Conciencia
de Clase. Allí, Lukács argumenta que no pudo distinguir entre objetivación
(trabajo) y alienación (una forma mistificada de ese trabajo).
Sin embargo, cuando visité a Mari
Székely, el último empleado que quedaba me informó de una serie de manuscritos
inéditos de 1933, escritos durante los primeros años del período de Lukács en
Moscú. En uno de estos textos, Lukács comienza a reevaluar algunas de sus
afirmaciones anteriores a la luz de su encuentro con los Manuscritos
Económicos y Filosóficos de Marx de 1844. La publicación de este
ensayo en una próxima colección, junto con otro material no traducido
previamente de 1924 a 1933, aclarará y profundizará los términos de este
debate, arrojando más luz sobre el cambio teórico de Lukács y su incómoda
reconciliación con el estalinismo.
Este descubrimiento representa solo un
camino sin trazar en un vasto laberinto que aún no se ha explorado por
completo.
Mirando al presente
Preservar los archivos no es solo por
el pasado. También tiene que ver con la actualidad y las posibilidades que se
encuentran dentro de él.
El Archívum organiza regularmente
reuniones y eventos en los que investigadores de Hungría y de todo el mundo se
reúnen para analizar el potencial crítico de las ideas de Lukács, muchas de las
cuales permanecen inéditas, abandonadas o incomprendidas.
Por ejemplo, un malentendido frecuente
ha sido el lugar de la resistencia en la explicación de la forma mercancía de
Lukács. La lógica dominante del capitalismo es cuantitativa, pero nunca de
puede excluir completamente la calidad. Mientras que el capitalista
busca impulsar al máximo los beneficios como algo puramente cuantitativo, los
trabajadores lo experimentan como algo cualitativo: un asalto a su
individualidad y a su humanidad. Este ataque a su calidad de vida proporciona
la base para la resistencia.
La argucia de racionalización y
eficiencia bajo la que la MTA está confiscando los manuscritos de Lukács,
expresa la lógica cuantitativa del capitalista; el rechazo crítico de la
izquierda a este movimiento, en nombre de los valores humanos, expresa la lógica
de la resistencia.
Es con este espíritu que una petición
de protesta por la decisión de la MTA, con más de 1.500 signatarios, entre
ellos Agnes Heller, Nancy Fraser y Fredric Jameson, por nombrar algunos, fue
entregada a la academia el 25 de enero. Actualmente circula una petición
similar sobre change.org .
Mantener el universo teórico que
contienen estos archivos, parafraseando a Lukács en Teoría de la novela, nos
ayudará a guiarnos a través de estos tiempos oscuros y revelar las estrellas
que nos rigen.
Róbert Nárai, coeditor y
traductor de una próxima colección de trabajo inéditos de Georg Lukács. Milita
en la organización australiana Socialist Alternative.