Por: Carlos Carcione
Además de darle visibilidad a
los movimientos sociales del proceso y al movimiento popular, además de
visibilizar noticias que otros medios ocultan, Aporrea es el único portal
que permite e impulsa el debate de ideas dentro del proceso bolivariano.
El ataque del que es objeto ha
impedido hasta el día en que se escribe esta nota, lunes 20 de febrero, que
vuelva a salir al aire, a pesar de los enormes esfuerzos que, nos consta,
realiza su equipo técnico y publicador.
No es este el primer ataque que
la página recibe. En el pasado fueron enfrentados y resueltos otros
provenientes en su mayoría de China, Europa y Brasil, como el mismo equipo del
sitio ha dado a conocer oportunamente. Aunque de ninguno de ellos se supo con certeza
el punto de origen. Esperaremos la comunicación oficial de Aporrea sobre el que
está en desarrollo, aunque es de suponer que los orígenes y los puntos de
replique sean los mismos o similares.
Sin embargo, lo sorprendente de
este caso es que sucedió el mismo día en que el Gobierno venezolano decidió
sacar de todo el sistema de televisión paga en el país, al Canal CNNE. Eso
ocurrió luego de que este último transmitiera una investigación sobre la
supuesta venta de pasaportes venezolanos a ciudadanos extranjeros vinculados a
organizaciones islámicas como Hezbollah, operación en la que involucró a altos
funcionarios del gobierno. Independientemente del rechazo que provoca la línea
editorial de ese canal estadounidense, la situación es la misma que cuando Mauricio
Macri, decidió retirar a Telesur del servicio de cable en Argentina. Merece
repudio.
Si esta coincidencia pudiera
despertar sospechas, lo que es un hecho en el país, es que hay un continuo
avance autoritario que puede medirse en la limitación, eliminación y
conculcación de derechos políticos, sociales y económicos consagrados en la
Constitución Nacional.
Así por ejemplo, el presidente
Maduro viene gobernando desde hace aproximadamente año y medio en el marco de
un decreto de Estado de Excepción, que pone bajo control militar importantes
franjas del territorio nacional bajo la figura no contemplada
constitucionalmente de Zonas Especiales donde no rige la legislación laboral,
ni fiscal y cuyo control político queda bajo la Fuerza Armada.
Pero esto no es lo único: Desde
hace dos años se han eliminado las
elecciones sindicales, se ha violado el derecho a una institución fundamental
de la Constitución como el Referendo Revocatorio; se han pospuesto
indefinidamente las elecciones a gobernadores, y no se ha realizado ningún otro
tipo de consulta electoral. Por otra parte ha aumentado exponencialmente la
práctica de detenciones arbitrarias por parte de la policía política, y se
limitan los derechos políticos de los ciudadanos para inscribir partidos como
el caso de Marea Socialista y otros. Mientras que últimamente se ha programado
una relegitimación de los partidos políticos ya existentes, que todos los
analistas consideran extemporánea e imposible de realizar, incluso los
dirigentes de los pequeños partidos del GPP, dejando de hecho sólo dos partidos
habilitados para hacerlo, el oficialista PSUV y la oposición de derecha MUD.
Además de una importante proliferación de amenazas contra dirigentes y
activistas políticos y sociales.
Es en este marco donde el
ataque feroz contra Aporrea.org debe ser interpretado. Provenga de donde
provenga, es de hecho un claro ataque a la libertad de expresión y a la
pluralidad política en el país. Por eso merece todo el repudio, lo mismo que
hay que expresar la más contundente solidaridad con ese sitio web de noticias y
exigir que dejen tranquila a Aporrea.org, para que pueda seguir haciendo el
trabajo de información autónoma y crítica que viene realizando hace ya 14 años.