Introducción
Todo
comenzó durante el gobierno de Hugo Chávez, que aunque pasado unos
años de gestión, producto de la intensa lucha de clases se declaró
socialista y luego, en su última memoria y cuenta en la Asamblea
Nacional (AN) se declaró marxista, con todo y el avance que tuvo,
desde el punto de vista ideológico, no logró completar la
revolución y romper la estructura social capitalista de nuestro
país.
Entre
las múltiples razones, podemos mencionar la lluvia de reformismo,
una vez que se declaró socialista, lo baño de tal manera que lo
acorraló, pero aun así este gran hombre seguía intentándolo y
logró muchas cosas gracias al fuerte apoyo que las grandes mayorías
le dieron. Nos atrevemos a decir que todos los logros que hasta la
fecha hemos alcanzado se deben única y exclusivamente a la mayoría
que siempre lo apoyó y a él.
Lamentablemente
como dirigente, como líder era uno solo, su "equipo" se
encargó de socavar las bases que lo sostenían, todos jugaron, como
mínimo a intereses particulares, las líneas que bajaba a su
"equipo" fueron desarmadas en los hechos concretos y hasta
el mismo Chávez cayó en el juego, recordemos las empresas
nacionalizadas, ninguna contó ni cuenta con dirigencia elegida por
la base, todas fueron impuestas por él o por su "equipo",
el referéndum para la reforma constitucional se perdió gracias a la
Asamblea Nacional de mayoría chavista y a los distintos dirigentes
de las distintas misiones y ministerios, la ley de trabajo la tuvo
que aprobar él con poderes especiales, la AN fue incapaz de hacerlo,
la AN fue incapaz de aprobar la ley para los Consejos de
Trabajadores/as, es decir, solo y en el puesto de comando no podía
controlar a un sin número de, para entonces pichones de corruptos.
Los
anillos que pusieron a su alrededor eran impenetrables, los informes
que le llegaban, maquillados y desde el punto de vista cualitativo
carecían de contenido, jamás su equipo impulsó la organización
autónoma e independiente de los sectores populares y de la clase
trabajadora, jamás se sometieron al poder popular y lamentablemente
Chávez seguía cayendo en el juego, tanto que en el acto de
lanzamiento de la CBST llamó a la unidad de la clase trabajadora
invisibilizando otra central nacida en revolución.
Combatir
al enemigo externo que son muchos y a la vez combatir a la oposición
y a la derecha endógena. no es tarea sencilla y menos cuando solo te
apoyas en la mayoría que sabes que está contigo cuando quieres
demostrar fuerza y en una revolución pacífica, complica las cosas.
De
esto dio cuenta en su último Consejo de Ministros el cual bautizaron
como "El Golpe de Timón", pero fue muy tarde, no le dieron
tiempo. Aún así nos dejó mucho, entre las muchas cosas que dejó,
nos dejó el Plan Patria 2013-2019 y le solicitó a esa mayoría que
siempre lo apoyó que eligieran a Maduro en caso de que algo pasara.
Y así fue, el pueblo, como siempre disciplinado obedeció y Maduro
es hoy el Presidente de Venezuela.
A
partir de este momento, aunque no lo queramos admitir nuestra
historia es otra y esto no solo lo sabemos nosotros sino los enemigos
externos, la oposición y la derecha endógena.
La
corrupción se desbocó, el gobierno profundizó el reformismo, la
"dirigencia obrera" se subordinó aún más al gobierno y
se destapó de manera flagrante la violación a los derechos de la
clase trabajadora, no solo en el sector privado sino en el público.
De
la derrota electoral a la derrota política.
El
6 de diciembre, las fuerzas bolivarianas y chavistas agrupadas en
torno al PSUV y el Gran Polo Patriótico (GPP), fuimos derrotados por
cerca de 2 millones de ventaja para la MUD, quien conquistó 111
diputado, lo cual le da 2/3 de la Asamblea Nacional y poderes, para
aprobar leyes orgánicas, destituir al Vicepresidente Ejecutivo y los
Ministros, convocar una Asamblea Constituyente, iniciar enmiendas, y
reformas constitucionales, designar Magistrados del TSJ, Rectores del
CNE, entre otras atribuciones.
La
vapuleada electoral fue asimilada con hidalguía por las masas que
salieron a las calles a múltiples asambleas, encuentros espontáneos
en diversas escalas se desarrollaron en muchas ciudades del país,
pidiendo en su mayoría una rectificación y renovación profunda de
la dirección del partido PSUV y del Gobierno.
La
dirección por su parte logró encauzar dichas inquietudes convocando
un congreso económico, que a duras penas expresó algunas
propuestas, ya que no hubo consenso en su interior, debido a posturas
mas avanzadas, (Luis Salas) y otras de corte mas reformista e incluso
conciliadoras (Jesús Faría).
El
saldo político de todas esas asambleas y congreso económico, fue la
constitución del nuevo gabinete del Presidente Maduro, que intentó
aglutinar sujetos mas diversos, sobre todo en el gabinete económico,
donde un empresario, un profesor universitario de izquierda y un
economista formado en la "Alemania Oriental" devenido en
conciliador de clases (autojustificándose en la NEP Rusa),
intentaron conformar el triunvirato que manejara la economía
nacional en esta dura coyuntura de colapso de los precios petroleros,
inflación de tres dígitos, endeudamiento pagadero en 2016 de mas
10.000 millones de dolares. Pero la pulseada la gana finalmente el
empresario, una señal mas que indica el rumbo que esta tomando el
gobierno.
Luego,
el 15 de enero en la memoria y cuenta se pretende remendar el capote
de este aterrador escenario con una "emergencia Económica"
donde la participación del Poder Popular y de la clase trabajadora
se reduce a dos sujetos, uno es Wills Rangel presidente de la CBST
quien es incapaz de emitir opinión alguna ante la situación si no
la ha hecho el gobierno antes, del otro sujeto no podemos decir nada,
solo nos gustaría saber quién se lo recomendó a Maduro para que
representara al poder popular. Estas medidas se pudieron haber hecho
antes y mejor con verdaderas acciones radicales y socialistas. No se
trata de ser ortodoxo, se trata de que, una vez más ha quedado
demostrado que las revoluciones no se hacen desde el Estado y menos
si este es burgués, las revoluciones no se hacen con la dirigencia
institucional acompañadas por el pueblo, no nos jodan con eso, si
vamos a pasar trabajo por una supuesta guerra económica, pasemos el
trabajo acompañando a nuestros dirigentes pero que hablen con la
verdad, que no la falsifiquen, que no sean prepotentes, engreídos,
verticalistas, represivos e impositivos, que buscan controlar por
todos los medios al poder popular y la clase trabajadora. En ese
sentido la consigna de que la deuda la paguen los ricos y los
corruptos cobra una enorme vigencia.
Este
gobierno, así como los de la cuarta república se caracterizan por
ser presidencialistas, así fue Chávez y así es Maduro, la única
diferencia entre Chávez, Maduro y los de la cuarta república es el
discurso por la izquierda y por las políticas de bienestar social,
lo que no es igual a socialismo, todos mantienen y mantendrán el
sistema capitalista con sus políticas reformistas, asistencialistas.
Maduro no avanzará al socialismo y por supuesto los de la cuarta
menos.
La
mayor derrota de la dirigencia del chavismo y del gobierno en este
momento, no fue la derrota electoral, es la derrota política con la
que están sepultando a las grandes masas, al aceptar, de manera
ingenuamente velada, que el "modelo económico socialista"
como vienen denunciado la derecha hace años, fracasó, que es
necesaria la alianza con la "burguesía patriota", es cavar
el hueco donde sepultarán el ideario socialista por quizás 40 años
mas nuevamente, con el sueño de mantenerse en el poder, si le dan
unas prebendas a una burguesía apátrida, parásita que tiene 17
años luchando por derrocarnos y que está más cerca que nunca de
lograrlo. El reparto de las sobras de lo que queda del erario
publico, no calmará las ansias del poder político que tiene la
contrarrevolución, quienes descaradamente nos han puesto fecha de
vencimiento y a quienes el gobierno le tiende nuevamente la mano a
sus financistas.
Perspectivas
De
anteojo está la entrega controlada para que no haya conflicto
social, si la nueva-vieja AN activa el revocatorio de seguro Maduro
saldrá mal librado. Lo que ocurrirá después será otro tema.
La
crítica, la autocrítica debe y tiene que seguir siendo nuestra
fuerza creadora, acompañada con la militancia en el seno de la clase
trabajadora y los sectores populares, es desde allí que debemos
reimpulsar nuestro proceso de cambios, no desde las instituciones.
Ahora, si de alguna manera el gobierno da el salto cualitativo, pues
obvio, debemos apoyarlo y así cualquier medida que beneficie a las
grandes mayorías, pero en las políticas y acciones que atenten con
los intereses y derechos de las mayorías debemos luchar, tal como
siempre lo hemos hecho.
Pero
ese salto cualitativo luce mas lejano cada día, con las ultimas
medidas económicas anunciadas, que solo servirán para paliar un
poco el déficit fiscal, pero que empeorarán la inflación y que
además intentarán hacer recaer la crisis sobre los hombros de las y
los trabajadores/as, ya que con el pirrónico ajuste de la Unidad
Tributaria, este año pasaremos a pagar Impuesto sobre la renta
prácticamente todos y todas las trabajadores del país.
Si
el gobierno quiere reivindicar el socialismo como alternativa ante el
capitalismo, debe, como decía Allende, abrir las grandes alamedas
para que sea la clase trabajadora y el poder popular el que asuma la
dirección. En caso contrario, el socialismo quedará en un concepto
huero y verbal; resultará mucho más complicado, por no decir
imposible recuperar la confianza que otrora tuvo.
Pero
en la actualidad, lo sustancial es el llamado a los empresarios a
participar en la recuperación económica, en lo productivo para que
inviertan, en definitiva, la participación de los capitalistas en la
dirección de la economía cuando se les da participación en el
Consejo Nacional de Economía Productiva, cuando se nombra a un
miembro del empresariado nacional Ministro de Industria y Comercio.
¿Tiene
futuro el chavismo?
Creemos
que el chavismo, se sostiene aún, sobre una base discursiva
antineoliberal, de corte nacionalista popular, que reivindica a los
sectores históricamente excluidos, de bienestar social. Es un
discurso progresista que habla de socialismo, pero que no es
socialista; y por supuesto una masa de sujetos desafiantes,
irreverentes, decididos pero ciertamente muy contradictoria, que
refleja una tradición de lucha.
En
ese sentido, el chavismo representa la base de un extenso proceso de
producción de subjetividad de la cual no se puede anunciar
ligeramente su desaparición, como lo han hecho muchos de la
oposición, estos conforman un tejido de saberes y haceres populares
que representan la base material para un proyecto emancipatorio. En
resumidas cuentas, somos estos sujetos los que verdaderamente podemos
dar un golpe de timón contra las insinuaciones de acuerdo con la
burguesía nacional, lo que permitirá que en este proceso surjan
direcciones desde la base, que enciendan la llama que otrora estuvo
encendida con Chávez. Nuestro accionar será el gran verdugo de
aquellos que en nombre del chavismo y del socialismo chuparon el
erario público conjuntamente con los empresarios, seremos nosotros
los que rescatemos lo más radical de Chávez y apliquemos medidas
socialistas, de democracia obrera, de participación activa y
protagónica, de toma de decisiones, de control y de gestión.
La
tarea urgente que debemos realizar son reconquistar las herramientas
históricas de la clase obrera, los sindicatos, federaciones y
centrales de trabajadores/as para que respondan a los intereses de la
clase trabajadora, ya que, por ahora, solo son apéndices del
gobierno y cuando, en el peor de los escenarios perdamos el poder
ejecutivo serán los primeros en huir del país o pactar con un nuevo
gobierno de derecha.
Además,
fortalecer las experiencias de consejos comunales, comunas y empresas
bajo control obrero exitosas para garantizar la sobrevivencia y poder
pasar a la ofensiva contra la amenaza fascista en ciernes.
Impulsar
la unidad como elemento fundamental en nuestras luchas, que, vale
decir se agudizarán en los próximos años. De mantener la
dispersión que hoy nos caracteriza, los logros alcanzados nos serán
arrebatados y veríamos la rueda volver a girar para comenzar de
nuevo.
No
son los acuerdos con los empresarios los que nos hará avanzar, ellos
defenderán sus intereses a como de lugar y cuentan con un aliado, el
gobierno.
Es
así como la vieja consigna acuñada por Marx y Engels en el
Manifiesto Comunista hoy tiene una enorme vigencia:
¡PROLETARIOS
DE TODOS LOS PAÍSES, UNÍOS!