Un mensaje antes que todo:
hacemos un llamado a que guardemos nuestros sentimientos, rezos y llantos que
los hay dentro de la dignidad y verdad que resguardamos por dentro, pero que no
se lo regalemos al juego sentimentalista inducido a través del cual se nos
quiere llevar al foso de la pasividad y la tristeza derrotista.
Respecto a la grandeza del
hombre que se va ya habrá tiempo de hablar y expresarnos de todas las formas.
Entendamos que la muerte -si es el caso- o la despedida nos acompaña como
opción ineludible en todo momento, llegado más temprano o más tarde a tiempo o
total destiempo como es el caso. Además reconozcamos que gracias a ella cobra
verdadero sentido nuestra aventura por la vida y sus circunstancias y ya, la
muerte la llevamos siempre con nosotros y mucho más si somos revolucionarios.
Si toca, nos despedimos entonces sin lágrimas y con un inmenso y más que
merecido aplauso y beso al comandante, hermano y compañero Hugo Chávez, porque
ha sido el mejor de los hijos del pueblo rebelde.
Ahora pasemos a otro nivel.
¿Cuál es la angustia política que se vive?. En el fondo se trata de la pérdida
de un modelo fantástico de relación líder-pueblo que como tantas veces nos
sirvió a todas y todos, desde los sectores más humildes, nobles y creyentes en
el reto revolucionario pero también a desaforados sinvergüenzas que en muchos
casos se incrustaron allí y siguen estando en la plenitud del mando
gubernamental civil y militar.
Es una relación que
desaparece junto a la presencia del comandante Chávez. Aunque sea una sorpresa
fuera de tiempo, está bien si es así el destino marcado, está bien porque esto
nos reta como pueblo a superar esa misma relación que por más fantástica que
haya sido por la garantía de unidad que genera es al mismo tiempo debilitante y
acomodaticia, nos aliena en el poder otorgado a otros, y esto angustia claro
está. Bien porque nos reta a no dejar que los privilegiados y circunstanciales
herederos se terminen de chupar cual vampiros esta historia maravillosa hecha
de rebelión, esfuerzo, resistencia y pensamiento común. Igual, nos deja como
reto y deber terminar de encontrar las vías para acabar de sacar del libro de
los tiempos a esa oligarquía parásita y mafiosa que aunque parezca mentira
también ha utilizado esa relación para sobrevivir y chantajear con su poder
financiero, político y mediático soportado en el apoyo imperialista,
desesperada en estos momentos por acabar con una revolución que confunden con
un loco que se les coló en su terruño paradisíaco de dominio, -¡bien pelaos
están!-. Nos reta a poner mucho más en claro el proceso revolucionario mismo,
su construcción, sus alianzas y limitaciones nacionales, sus modelos de mando,
producción y desarrollo soberanos, libres y autogobernantes.
En fin, si desaparece el
modelo donde uno terminó decidiéndolo todo, es la hora por tanto de las
direcciones colectivas, del grito de lucha sin tapujos, de la razón de todos.
Necesitamos un modelo multitudinario, constituyente, de una relación entre
nosotros hecha con profundo entendimiento, respeto, fraternidad y co-creación
colectiva. Hay que pulverizar el Estado burgués -palabras del comandante- que
además es la única forma-Estado posible. Esa es la esencia constituyente y
revolucionaria de lo que viene.
No obstante, estemos
conscientes. El desorden inmediato va a ser enorme y van a tender a pervertirse
aún más muchas de las líneas de mando constituidas dentro del gobierno y que
entrarán en una crisis y destrucción mutua,
y así mismo será un desorden dentro del movimiento popular administrado.
El enemigo va a aprovechar en todo lo que pueda cualquier circunstancia, pero
el también entra en desorden porque se rehízo del miedo y el odio a esa
relación derivando de allí todos sus lenguajes, líneas políticas y
conspirativas. El es un sujeto vacío como todo orden y relación de capital.
Hasta cierto punto fue la misma política de gobierno quien los lleno de lo
único que les interesa hasta tranquilizarlos. Por ejemplo con un modelo
cambiario que les ha permitido embolsillarse no menos de 70 mil millones de
dólares anuales en importación monopolizada y una deuda interna que desborda
las carteras de bancos y empresarios mayores. Eso es solo un ejemplo, pero su
odio y terror a la revolución con más razón lo duplican. Desde su propio
desorden y los desórdenes del mando político, es la hora para ellos de fusionar
todos los intereses contenidos en la órbita corporativa y burocrática y esta
burguesía liberal de abolengo, haciendo de ello una sola conspiración contra la
revolución popular misma. Ese va a ser el orden que intentarán establecer para
superar sus crisis circunstanciales y sobran los agentes “rojitos” que la
faciliten por la “salvación democrática”, aunque de por medio se insulten y
clamen frente a nosotros por la unidad y la redención revolucionaria. Pero ese
desorden también nos toca obviamente, la desaparición de la relación desordena
el imaginario político en toda la diversidad popular perdiendo su punto de
unidad e inspiración política que ha sido el propio comandante. Pero esto,
insistimos, esta crisis inevitable si asumimos el reto más bien puede
ayudarnos, dejándole la angustia y el miedo a quien la debe tener de verdad,
los opresores de siempre.
Para ello habrá que dar un
brinco organizativo y de voluntad a lo cual no estamos acostumbrados y mal
preparados producto de esa relación paternal y el clientelismo político que
ella misma facilitó. Desparecida la relación, esperemos sin embargo que después
de todo lo acumulado y ganado en experiencia y sabiduría este salto se pueda
dar y en eso aportamos toda nuestra fe de luchadores de esta tierra. La
movilización es fundamental, sacándonos por completo el legado despolitizante y
desmovilizador que nos han dejado estos años y hoy quieren ahondar para que
nada grite sin sentimentalismos y con toda dignidad. La unidad por supuesto
pero la unidad del pueblo en lucha consciente de la historia insurgente
socialmente y confrontativa al orden global en que estamos metidos. El reto es
realmente de poder y no de una unidad sumisa y formal que nos doblegue a los
que decidan, por fuera y en contra de la base militante y trabajadora que ha
hecho posible el comienzo de esta revolución. Tomar y producir poder: tomemos
tierras, territorios y medios de producción, reunamos lo necesario para hacer
de ellos las comunas productivas, socialistas y autogobernantes que nos indica
el programa revolucionario antiburocrático y anticapitalista que entre todos
hemos sabido interiorizar sin mucha academia. Aseguremos o exijamos sacando
todo temor y de manera honesta los cargos representativos y directivos que
hagan falta matando la mentalidad de borregos frente a las tribus de poder que
hoy tanto se acostumbra. ¡El pueblo Caribe no se arrodilla, se levanta!, y se
lanza a la mar emancipadora sin ceder un centímetro. Fuera los banqueros y
especuladores, pero también los sátrapas transnacionales de la depredación, la
dependencia alimentaria, la invasión y el saqueo territorial. Si esa es la
independencia de la cual hablan por ella seguiremos avanzando sin perder un
minuto...¡Seremos potencia liberadora!, claro que si, siendo definitivamente
leales al legado bolivariano, revolucionario y nuestramericano.
Por último y por ser
ineludible una posición al respecto, no vamos a perdernos en candidaturas, de
apoyo o no a tal o cual. Chávez ha propuesto a Nicolás Maduro, bien, no hay
dirección colectiva, queda la decisión del líder, aunque siempre podrá haber
entre nosotros y nosotras uno mejor pero también muchos peores. Nicolás es un
compañero bueno, inteligente sin duda, que viene de la pelea dura y de la base
trabajadora del pueblo, pero que hace mucho perdió su relación vital con lo que
se ha llamado el pueblo bolivariano, internado en los laberintos de un poder se
alejó de él gracias a los criterios burocráticos y autoritarios de dirección
que se impusieron con los años, de allí la debilidad de cualquier candidatura
puesta a dedo en estos momentos. Nuestro mensaje: ¿asume usted el gigantesco
reto que las circunstancias le ponen?. Asuma entonces, mande en todo lo que sea
necesario pero asumiendo obediencia y compromiso con la rebelión de la cual
usted mismo procede, de lo contrario, a nuestro criterio, se desmorona. Ya
sabes, no hay otra salida que no sea el proceso revolucionario mismo, que por
cierto y si respondemos a los retos planteados, de menos en menos se seguirá
pareciendo a la comiquita mediática y propagandística que han querido hacer de
él. Suerte y pa'lante, que la fe esta en el pueblo.
¡Comandante, seguro
viviremos y venceremos!
¡A preparar desde ya,
movilización y revolución!
¡A radicalizar el proceso
popular constituyente!
¡Volvemos por todos los caminos!
Coordinación Nacional,
Asamblea de Militantes