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¿Quién está ganando la guerra económica?

Juan Manaure

Los acontecimientos de los últimos meses ratifican la política de conciliación de clases que han venido llevando adelante los sectores reformistas de nuestro gobierno, que asfixiado por la crisis económica generada por la burguesía, y ante la consecuente desconfianza que sus posiciones vacilantes han provocado entre la clase trabajadora, intenta, cual malabarista, mantener contentos a la burguesía y al proletariado, para poder mantenerse en el poder. No obstante, la experiencia histórica de la lucha de clases demuestra que esta política al final tiene un único destino: el fracaso de la revolución, la derrota de la clase trabajadora y la posterior desmoralización y desmovilización del proletariado por largos períodos.   
¿Cómo se manifiesta la conciliación de clases en la cotidianidad? Pues bien, después de la derrota electoral del 6 de diciembre el gobierno incorporó al gabinete a un empresario, el presidente de Fedeindustria Miguel Pérez Abad, y creó el Consejo Nacional de Economía Productiva, abandonando así el Plan de la Patria, testamento político del Comandante Chávez, y asumiendo la Agenda Económica Bolivariana, propuesta muy parecida a la primera oferta electoral de Chávez en 1998, la Agenda Alternativa Bolivariana, superada pocos años después. Al mismo tiempo, instaló el Congreso de la Patria, para “construir un nuevo bloque histórico”, “reagrupar fuerzas”, construir el “nuevo modelo económico”, etc.

¿Por qué se suicidan los habitantes del municipio más rico de Latinoamérica?

Según las estadísticas, apenas 2% de su población es pobre. Sus habitantes viven en una economía agrícola muy lucrativa que los ha llevado a convertirse en el municipio más rico de la región. El problema es que la tasa de suicidio crece en la misma medida. ¿Qué explica ese fenómeno?


En Los Andes venezolanos hay un pueblo rico, "el más rico de Latinoamérica", enfatiza el profesor de la Universidad Experimental Simón Rodríguez, Moisés Pereira.

Con una población que no supera los 11.000 habitantes, distribuidos en poco más de 100 kilómetros cuadrados, el municipio Pueblo Llano se encuentra el noreste del estado Mérida. Allí, sólo 2% de los ciudadanos es pobre. La principal actividad económica es la agricultura.

LA EXTINCIÓN SILENCIOSA

El siguiente artículo pretende llamar a la reflexión en función de lo que actualmente ocurre en nuestro planeta, este hecho de destrucción masiva es dejado de lado por otros asuntos que para las grandes potencias y las enormes trasnacionales  son “más importantes”. Aunque el autor hace un análisis superficial ya que no llega a la raíz del asunto, es bueno aclarar que este desastre básicamente es culpa de un sistema depredador que se lleva todo por delante con el único fin de acumular riqueza la cual no los salvará a ellos, en ese sentido leerlo es obligatorio pero sin quedarse en él, debemos buscar las razones, el fondo y evaluar de manera consciente quiénes son los verdaderos culpables del desastre planetario.

Durante toda su historia, la vida en nuestro planeta ha experimentado momentos muy duros asociados a cambios drásticos de las condiciones ambientales o a eventos catastróficos de carácter externo. El ejemplo más conocido es el gran meteorito que hace unos 65 millones de años arrebató a los dinosaurios el título de dueños y señores de la Tierra. Sin embargo, no es por supuesto el único revés que ha sufrido nuestro planeta y ni siquiera fue el más contundente. La extinción masiva del Pérmico-Triásico, más conocida como “la Gran mortandad”, acabó con 70% de los vertebrados, incidiendo especialmente en las especies acuáticas que desaparecieron en un porcentaje que ronda el 95%.
Estas grandes extinciones masivas, relacionadas con eventos catastróficos, contrastan con la silenciosa eutanasia que en la actualidad está ocurriendo en nuestro mundo. Porque, aunque no estemos sufriendo la caída de grandes meteoritos o estemos siendo víctimas de un vulcanismo global, la biodiversidad de nuestro punto azul pálido está viviendo uno de los momentos más críticos de su larga y compleja historia. Podemos afirmar que estamos viviendo una nueva extinción, silenciosa e ignorada, pero extinción al fin y al cabo.
Acaba de hacerse público el Informe de biodiversidad 2016 de la World Wildlife Fundation y los datos, se lo adelanto desde ahora mismo, son simple y llanamente espeluznantes: En las últimas cuatro décadas la población de los vertebrados que existen en nuestro planeta (incluyendo mamíferos, aves y especies marinas) ha disminuido un 58% desde 1970. Especialmente preocupantes son los datos de las especies marinas cuya población ha sufrido un descenso del 81% durante esos años.