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SEGÚN UN INFORME DE AMNISTÍA INTERNACIONAL


Niños de siete años fabrican las baterías de tu “smartphone” en la República del Congo

Millones de personas disfrutan de los beneficios de las nuevas tecnologías, pero rara vez se preguntan cómo se fabrican los dispositivos que utilizan a diario

Regresa la polémica para las grandes tecnológicas tras la última investigación de Amnistía Internacional y Afterwatch sobre la explotación infantil en las minas de cobalto de la República Democrática del Congo. En un informe bautizado como “Por esto morimos: abusos de los derechos humanos en la República Democrática del Congo” se sigue el rastro del cobalto. Desde su extracción por niños en las minas del país africano (en muchos casos, menores de siete años), hasta su transformación en baterías de ion de litio. Las mismas que llevan los 'smartphones' de nuestros bolsillos.
"La imagen de esos niños cargando sacos llenos de rocas a través de los túneles angostos de las minas de cobalto y sufriendo problemas pulmonares, contrasta con el “glamour” de los escaparates de las tiendas de móviles", lamenta Mark Dummett, investigador y responsable de Derechos Humanos y Negocios de Amnistía Internacional.
En la República Democrática del Congo, se extrae la mitad de todo el cobalto mundial. El 40% del que se transforma en las tripas del gigante chino Huayou Cobalt procede de este país. La ONG prueba en su investigación cómo los comerciantes compran cobalto procedente de zonas donde el trabajo infantil en las minas está generalizado. Luego ese cobalto se vende a Congo Dongfang Mining (CDM), compañía bajo el paraguas de Huayou Cobalt. Y de ahí pasa a fábricas de componentes chinas y surcoreanas que hacen baterías para Apple, Microsoft, Samsung y Sony.

Pasaba 24 horas en los túneles. Llegaba por la mañana y me marchaba al día siguiente. Tenía que hacer mis necesidades en la mina

El escándalo no afecta solo a las tecnológicas. El cobalto también está presente en las baterías de los coches eléctricos que utilizan empresas como Volkswagen y que fabrican empresas como Daimler.

Solo una de las compañías admite la conexión

Amnistía Internacional se ha puesto en contacto con 16 multinacionales que utilizan mineral procedente de estas zonas. Solo una de ellas admitió la conexión con los fabricantes y, por ende, con los procesos extractivos. Seis dijeron estar investigando estos procesos internamente y cinco negaron toda conexión con Hauyou Cobalt. Ninguna de ellas ha proporcionado detalles que permitan verificar el origen del cobalto de sus baterías.
"Millones de personas disfrutan de los beneficios de las nuevas tecnologías, pero rara vez se preguntan cómo se fabrican. Es momento de que las grandes corporaciones se responsabilicen de la extracción de las materias primas que conforman sus aparatos", denuncia Dummett.

24 horas sin ver la luz del sol

Amnistía Internacional habló con 87 mineros, 17 de los cuales eran niños. Hacían en muchos casos jornadas de más de 12 horas diarias en la mina, por entre uno y dos dólares diarios. Sus testimonios son desgarradores. "Mi madre adoptiva quería que fuera al colegio, pero mi padre adoptivo estaba en contra. Pasaba 24 horas allí abajo, en los túneles. Llegaba por la mañana y me marchaba a la mañana siguiente. Tenía que hacer mis necesidades en la mina", relata Paul, un huérfano de 14 años.
Trabajan en muchos casos sin guantes, sin trajes protectores y sin mascarillas. Multiplicando el riesgo de contraer enfermedades de pulmón y problemas de piel. “Los riesgos para la salud y la seguridad convierten a la minería en una de las peores formas de trabajo infantil. Unas empresas cuyas ganancias globales ascienden a 125.000 millones de dólares no pueden afirmar con credibilidad que les resulta imposible comprobar de dónde proceden los minerales esenciales para sus productos”, denuncia Mark Dummett.

Según datos de Unicef, en 2014 había alrededor de 40.000 niños trabajando en las minas del sur del país, muchas de ellas de cobalto. Al menos 80 murieron en su interior entre septiembre de 2014 y diciembre de 2015. La cifra es irreal, ya que muchos de los accidentes ni siquiera se registran y los cuerpos quedan enterrados bajo las rocas.

500.000 NIÑOS LLENAN LA DESPENSA AMERICANA


Trabajo infantil en el campo, el secreto mejor guardado de EEUU

Hay medio millón de niños que trabajan a sueldo de grandes corporaciones agrícolas en EEUU. Casi todo lo que ganan lo gastan en pagar a quien les contrató

Doce de junio. Día Internacional contra el Trabajo Infantil. El Secretario de Estado, John Kerry, apela a la comunidad internacional desde Washington. Dice que es urgente “rescatar” a los más de 220 millones de niños que son explotados en todo el mundo ante la mirada indiferente de sus Gobiernos. “Queremos que nuestros aliados se unan al compromiso que hemos contraído con esos millones de niños para que se adopten políticas que eliminen el trabajo infantil”, dice, esgrimiendo un argumento con el que su diplomacia saca a menudo los colores de países en desarrollo y cuestiona el sistema productivo de potencias emergentes.

Ese mismo doce de junio, a María le tocó acarrear cajas de moras. Con sus pequeñas manos, recolectó los frutos durante más de nueve horas y los cargó en un remolque. Lo hizo acompañada de su padre y su hermano mayor, a cambio de un salario miserable, en una enorme explotación agrícola situada al sur del estado de Virginia. La niña tiene doce años y el pasado verano fue el tercero que trabajó de sol a sol en el campo. Fue también el más duro de todos, recuerda, por culpa de un corte que se hizo en el antebrazo (una herida ancha, aunque no demasiado profunda, ya cicatrizada) al engancharse con el clavo de una caja. “A mí me da pena que se acabe el colegio porque es cuando tengo que trabajar más”.
María, de padres mexicanos pero con pasaporte estadounidense, no vive en uno de esos países remotos y pobres que retratan los informes sobre trabajo infantil que realiza el Departamento de Trabajo. Tampoco es un caso aislado. Forma parte de una comunidad numerosa y de la que se habla incluso menos que de los obreros infantiles del textil en Bangladesh o de la minería en Bolivia: la conformada por el medio millón de niños que, según cálculos de organizaciones como Human Right Watch, trabajan a sueldo de grandes corporaciones agrícolas en Estados Unidos.

Hay niños de todas las edades y perfiles. Algunos tienen menos de ocho años, otros están en plena adolescencia. Los hay que acuden a la escuela regularmente y otros que no la pisan. La mayoría son hijos de inmigrantes hispanos y, aunque muchos obtuvieron la ciudadanía estadounidense por nacer aquí, todos carecen de protección, no hay casi herramientas para ayudarlos ni programas federales para ellos. La tasa de fracaso escolar es cuatro veces superior a la media nacional”, denuncia Norma Flores, directiva de la Association of Farmworker Opportunity Programs (AFOP) y presidenta del comité de asuntos domésticos de la Coalición contra el Trabajo Infantil. Flores conoce bien el problema porque ella misma trabajó durante años en el campo cuando era niña.

El trabajo infantil en tareas agrícolas está tolerado al amparo de viejas leyes diseñadas para las pequeñas granjas familiares. Cuenta también con el apoyo y la presión de un sector, el agrícola, al que le cuesta conseguir mano de obra barata y que desde hace décadas se nutre de jornaleros estacionales y de inmigrantes ilegales que a menudo acuden con sus hijos a los sembrados.

Hay medio millón de niños que trabajan a sueldo de grandes corporaciones agrícolas en Estados Unidos


A lo mejor es mi ego americano el que me impide creérmelo, pero es imposible que haya gente en este país que conozca la realidad y que no reaccione. Creo que no se sabe bien en qué condiciones se está recolectando la comida”, reflexiona Melissa Bailey, activista de NC Field, una ONG de Carolina del Norte que busca alternativas para que los “niños del campo” puedan acabar sus estudios y opten a una vida mejor.

Es una forma de esclavitud moderna”

Las extensiones de cultivo de sitios como Carolina del Norte son inabarcables. En este estado hay más de 50.000 sembrados, la mayoría en manos de grandes empresas. Se transita de un terreno a otro por estrechas carreteras que pasan entre granjas, plantaciones de tabaco, boniatos, maíz, etcétera, sin apenas núcleos urbanos entre medias. En época de recolección, los camiones circulan sin descanso, recogiendo frutas y verduras y transportándolas a almacenes. Los jornaleros temporales, así como muchos trabajadores fijos, se alojan en barracones de chapa o casas prefabricadas, en campamentos tan precarios como los que se ven en países tercermundistas.

Es una forma de esclavitud moderna porque no ganan suficiente para vivir y, desde luego, no ahorran ni progresan. Los niños van de un lado para otro, sin elección, cambiando de ambiente. Como las familias no pueden permitirse conducir y no hay centros urbanos, dependen del escaso transporte público o de los intermediarios que los contratan. Cosas como ir a una tienda a comprar leche resultan un problema logístico. Así que casi todo lo que ganan lo gastan en pagar a quien los contrató por servicio del transporte, la comida y el techo, nos explica Bailey, al pie de un campo de boniatos donde los trabajadores se afanan en llenar un remolque.

En uno de los barracones, amueblado con cuatro baratijas de plástico y sin aislamiento eficaz para el frío invierno, los jornaleros protegen su intimidad con banderas de México manchadas de tierra que cuelgan de las ventanas. Sus inquilinos confirman lo que detalla un extenso informe de Human Right Watch (HRW) sobre las condiciones de trabajo. Además de soportar jornadas extenuantes y temperaturas extremas, los niños están expuestos a herbicidas y pesticidas (que a menudo se rocían sin previo aviso desde avionetas), y cada año se registran unas 100.000 heridas y golpes graves.

Algunos se hacen daño al caer de las escaleras de hasta 6 metros de altura que se utilizan para recolectar las frutas, otros se cortan con las herramientas con las que recolectan las cebollas... “La agricultura es el trabajo más peligroso (...) y la tasa de mortalidad por accidente laboral es ocho veces más alta que la media, asegura el informe, destacando que los niños no disponen de la protección ni las medidas de seguridad adecuadas.

Accidentes mortales y abuso sexual

En total, se calcula que el 20% de los accidentes mortales registrados en el sector agrícola de EEUU tienen como protagonista a un menor. Y tampoco parecen infrecuentes los casos de abuso sexual. Según el testimonio del abogado William R. Tamayo, algunas jornaleras de Florida tienen hasta un nombre para ello. Lo llaman “El Motel Verde”.

La ley para prevenir el trabajo infantil en Estados Unidos data de 1938 y hace una excepción para la agricultura, un guiño a las pequeñas explotaciones familiares que en aquel entonces capitalizaban el sector agrícola. “Todo ha cambiado desde entonces y ahora está en manos de grandes corporaciones, que contratan a los niños directamente o a través de intermediarios. Mucha gente no lo entiende, aún se tiene la idea de la granja familiar en la que los niños dan de comer a las gallinas cuando se levantan y aprenden responsabilidades. Eso está bien cuando se hace durante dos horas al día, no lo consideraría trabajo infantil. Pero la realidad no es esa, sino la de niños que trabajan sin horarios, todos los días, en un ambiente corporativo, no familiar, y muy agresivo. Sus padres les hacen trabajar por supervivencia, no para educarlos”, incide Bailey.

Las leyes actuales no establecen limitaciones en las pequeñas explotaciones agrícolas, siempre que los niños dispongan del permiso de sus progenitores o tutores. Las grandes empresas, por su parte, pueden contratar a mayores de 12 años fuera del horario escolar. Y a partir de los 14 ya no existen restricciones de ningún tipo, ni siquiera es necesaria una autorización paterna. La laxitud contrasta con el resto de sectores de la economía estadounidense, donde la edad mínima para trabajar son los 16 años, con excepciones muy concretas como la de los actores de cine.

Casi todo lo que ganan lo gastan en pagar a quien les contrató por servicio del transporte, la comida y el techo

Los activistas, apoyados por varios miembros del Congreso, exigen un cambio en la legislación que acabe con esta “excepción agrícola”, arraigada de cierta manera en la “psique” americana de defensa de las libertades, la propiedad privada y el culto al trabajo. Enfrentan además la oposición de las grandes compañías, de pequeños y medianos propietarios de granjas y de muchas de las propias familias inmigrantes. “Los niños trabajan en su mayoría porque la familia lo necesita, porque no hay más remedio. Sus padres estarían encantados de tener dinero para sacarlos de esta situación, pero para muchos es una cuestión de supervivencia”, recuerda Flores.

Un negocio inviable sin menores y “sin papeles”

Los granjeros y propietarios que defienden el trabajo infantil también hablan de supervivencia. Si no fuese por el trabajo de los “sin papeles” y de los menores, dicen, su negocio sería inviable y tendrían que vender sus tierras y dedicarse a otra cosa. La solución que proponen organizaciones y economistas pasa por elevar el precio final, tirando hacia arriba los salarios de los trabajadores agrícolas: los peor pagados de la economía americana y, en su mayoría, desprovistos además de sanidad y seguros sociales (8.000 euros anuales brutos de media en Carolina del Norte, según la Farmer Advocacy Network).


Un estudio de Philip Martin, economista de la Universidad de California, refleja que un incremento salarial del 40% (lo suficiente para poder mantener a la familia sin que los niños trabajen) no tendría apenas impacto para los consumidores americanos, ya que el gasto en frutas y verduras crecería tan sólo en unos 15 dólares anuales de media por unidad familiar. Y es que, por cada dólar que ganan las compañías agrícolas vendiendo a los distribuidores, los trabajadores sólo reciben seis céntimos, un 6%.

Sucre: Sindicatos advierten que sector pesquero se paralizará antes de fin de mes


Por: Prensa Unete

(Cumaná, 21 de enero). Este miércoles el vocero de los sindicatos de la industria de la pesca del estado Sucre vaticinó durante una rueda de prensa que antes de finalizar el mes de enero habrá una paralización de todas las industrias.

Según indicó Roger Palacios, la crisis del sector está vigente y miles de trabajadores continúan fueran de las empresas debido a la caída de la producción y a la paralización de varias plantas.

Advirtió que ante la falta de materia prima e insumos que existe, y que se ha prolongado por más de año y medio, para fin de mes todas las empresas podría paralizarse, “caos” que agudizaría la situación laboral, de miseria y desempleo de la región.

Palacios también se refirió a la recién creación del Ministerio de la Pesca al asegurar que fue una respuesta a las movilizaciones y protestas protagonizadas por los trabajadores del sector durante el año pasado, a la vez que exigió al Ministro de esta cartera a que los convoque a reuniones para buscar soluciones.

Consideran que debe diseñar sin demoras un plan de “emergencia” del rescate de la producción pesquera que permita incrementar la captura de especies marinas, de manera frecuente y a precios justos, que la materia prima llegue a las plantas para la producción y se restituya a todos las personas a sus puesto de trabajo, además sostienen que el plan debe prever la participación de los gremios sindicales para garantizar el desempeño de las instituciones y la guerra contra la corrupción.


El líder del sector pesca anunció que en las próximas horas comenzarán las movilizaciones por parte de los trabajadores dando inicio en el municipio bolívar del estado Sucre, luego en la ciudad de Cumaná, también anunció que acudirán la próxima semana a un encuentro en la comisión de desarrollo social de la Asamblea Nacional.

Denuncian suspensión arbitraria de 250 trabajadores por parte de Empresas Polar


21 de Enero de 2016.- La directiva de Empresas Polar suspendió de manera ilegal y arbitraria a 250 trabajadores alegando la supuesta falta de materia prima, sin cumplir con el debido proceso que establece la Ley Orgánica del Trabajo, los Trabajadores y las Trabajadoras (LOTT).

Rigoberto González, trabajador afectado por la medida de la directiva de Polar, detalló que la primera suspensión se dio el 26 de agosto del año pasado, cuando fueron suspendidos los primeros 32 trabajadores.


"Las suspensiones efectivamente están en la Ley Orgánica del Trabajo pero bajo ciertos procedimientos. En el artículo 72 lo dice claro. Para hacer una suspensión a los trabajadores, la empresa tiene que solicitar un permiso a la Inspectoría del Trabajo y la Inspectoría del Trabajo tiene que dirigirse hacia la empresa y verificar que lo que ellos están alegando es cierto para darle procedimiento legal a las suspensiones", explicó González entrevistado este jueves en el programa El Desayuno.

Destacó que violando las disposiciones de la Ley Orgánica del Trabajo, los Trabajadores y las Trabajadoras, la directiva de Empresas Polar procedió primero a la suspensión de los empleados y luego introdujo los casos en la Inspectoría del Trabajo.

"Por lo tanto, es ilegal, es nulo lo que ellos están haciendo y después de los tres meses de suspendidos nos eliminan el pago, los cesta tickets, la caja de comida y todos los beneficios", añadió González, quien llamó a la Inspectoría del Trabajo a revisar la situación de los 250 trabajadores suspendidos.

Un Documento Escandaloso

UN DOCUMENTO ESCANDALOSO
A propósito de la nueva situación



Hoy después de varios años la mayoría del pueblo, cobró al Gobierno la ineficiencia, la corrupción, la desidia, y forzó que los que no querían ver vieran y los que no querían escuchar escucharan, con sus únicos e implacables recursos: el voto castigo y/o la abstención. dejando en claro que la mayoría del pueblo no votó por una propuesta programática de la derecha, que nunca ha existido, sino por la única opción capaz de derrotar la vigencia de un poder que no respondía a las aspiraciones y requerimientos del pueblo, aunque esta nueva opción representara el riesgo de sumirnos en algo desconocido, olvidado o no previsible en sus consecuencias.

Muy atrevidos aquellos que pretenden culpar al pueblo de haber votado contra Chávez, como forma de ocultar sus propias culpas, ya que el pueblo votó contra una ineptitud de la dirigencia media y un consentimiento del alto gobierno a esta dirigencia, contra el ataque permanente a los trabajadores de la administración pública, contra las condiciones indignas de trabajo, contra la ineficiencia y la corrupción en las inspectorías del trabajo y por supuesto contra una guerra económica de la cual nunca se dijo quién era el culpable y a la cual el gobierno no supo, no pudo o no quiso darle solución.

Todos estos factores determinaron y culminaron en el voto castigo y/o en la abstención de aquellos sectores que apoyan el proceso. Obviamente habría que hacer un análisis más profundo ya que donde históricamente votaban por el chavismo se perdió de manera vergonzosa. Un ejemplo de esto es el Estado Vargas el cual tiene 11 parroquias de las cuales solo se ganó en tres cuando históricamente ganábamos en todo el estado.

Desde hace mucho tiempo al pueblo se le ha utilizado para demostrar fuerza y apoyo popular, pero a este grandioso pueblo no se le permite ejercer la democracia participativa y protagónica, es decir, la “dirección” de este proceso jamás se ocupó de impulsar la organización de la clase trabajadora y los sectores populares, solo si esta estaba bajo su control.??

Esta “dirección” eliminó la crítica y la autocrítica, no aceptó las propuestas y se alejó de manera descarada de los que a través de sus votos los colocaron en sus cargos, así como la dirigencia institucional que armaron sus feudos en las instituciones y de ellas hacen fiesta.

Esta nefasta burocracia corrupta y apátrida bloqueó todo lo que pudo hasta el punto del desastroso resultado de las elecciones pasadas, ahora seguramente pretenderán realizar encuentros con los “cuadros políticos” para analizar lo sucedido y hasta lágrimas soltarán y se darán golpes de pecho justificando su ineptitud diciendo que los que votaron en contra son traidores, actuarán de la misma forma que actuaron con aquellos que se atrevieron a analizar de manera crítica lo que se estaba haciendo y lo hacían público, de los que reclamaban sus derechos a los cuales acusaban de contra revolucionarios, pitiyanquis, traidores y los marginaban, los acorralaban o sencillamente se deshacían de ellos. Lo más triste es que esto no solo lo hacía y lo hace la “dirigencia institucional” sino los mismos compañeros de base, aquellos que son “patria o muerte” y de paso acríticos de nuestra “dirigencia”. Esto fue lo que nos llevó a este desastre que tenemos hoy en la Asamblea Nacional.

La mayoría del pueblo decidió hacer lo que siempre ha hecho y que lamentablemente este gobierno no le dio otra opción, pero lo más lamentable es que pudo hacerlo y no lo hizo, pudo hacer un gobierno con el pueblo, por el pueblo y para el pueblo, pero solo se regocijó con los discursos por la izquierda y antiimperialistas, se encargó de ser clientelar y de regalar, atacó el consumismo pero lo abanderó de manera grotesca. En definitiva no ejerció el poder obedencial. Salvo el discurso, actuó como cualquier otro gobierno de la cuarta república, gobernó solo con sus malos asesores.

Los efectos de la “guerra económica” tiene dos formas de verse, una es que logró su objetivo (lo cual es evidente) y la otra es que el gobierno no logró su objetivo de detenerla. Ambas cosas son verdad, solo que utilizan una para justificar lo ocurrido, si bien debemos decir que la “guerra económica” logró su objetivo, es de sabios que el gobierno diga que no lo pudo impedir y en función de eso tomar las correcciones, reconocer que algo hicieron mal es de sabios.

Creemos que aún hay tiempo y este tiempo debe ser aprovechado al máximo, pero mucho cuidado si solo lo aprovechan los que aún se encuentran en los cargos burocráticos solo para hacer discusiones elitescas y desde allí tratar de solucionar todo, este tiempo debe ser con la clase trabajadora, los sectores populares y sus organizaciones, la burocracia ya demostró su incapacidad para hacer la tarea revolucionaria, ahora deben ser estos sectores los que lidericen la lucha y los servidores públicos solo deben facilitar esto, no hay otro camino que con el ejemplo educar al pueblo para que asuma de manera activa el control de las instituciones del estado, ya está bueno de controles verticales y represivos, la administración pública debe apoyarse en la clase trabajadora y los sectores populares sin control previo de estos.

La clase trabajadora y los sectores populares no deben esperar a que sea el gobierno con sus “cerebritos” los que hagan todo, debemos organizarnos para asumir el control, de esta manera los burócratas corruptos, la burocracia se mantendrá a raya.

Dónde dice que una revolución socialista la hace la burocracia desde la institución?, esta tesis es reformista, reaccionaria y revisionista, las revoluciones las hacen los pueblos con una dirección verdaderamente revolucionaria y socialista. No podemos pretender hacer la revolución desde el estado y peor aún no debemos esperar a que sea el estado el que la haga.

Desde el triunfo de Chávez la estructura de nuestro estado no cambió y esto lo dejó plasmado él mismo en el Plan Patria 2013-2019, pero lamentablemente lo que se hizo fue fortalecer las instituciones con burócratas que no daban soluciones efectivas, cambiando uno para allá y otro para acá, no se ocuparon de buscar sustitutos probados en la lucha, se conformaron con hacer enroques que evidentemente de nada sirvieron.

Absolutamente ningún ministro o ministra bajaba a tierra para conocer de cerca la situación de sus trabajadores, todos se regocijan de tener un enorme despacho con cocineros, consultorios, choferes y un sin fin de personas a su servicio, llevándose su “equipo” de trabajo para el próximo despacho que le tocará ocupar.

De esta manera se fue creando un rechazo a la gestión de Maduro, producto de los miles de atropellos a los servidores públicos contratados o no, sin respuesta ni solución a sus derechos violados por estas gestiones. En las empresas privadas ocurre lo mismo, los atropellos son cada vez más agresivos y las inspectorías, el Inpsasel, el IVSS, en fin el Ministerio del Trabajo no da respuesta.

Cómo no va a ocurrir semejante revés?, cuando un gobierno, con sus dirigentes hablan del Poder Popular, del papel histórico de la clase trabajadora y en las acciones concretas hacían lo contrario, lo impresionante de todo esto es que el pueblo aguantó tres o casi tres años estos abusos y lo lamentable es que estas acciones por parte de la burocracia ineficiente y corrupta obligó a la mayoría de la población electoral a votar contra los candidatos del PSUV.

Debemos decir que este revés no es una traición del pueblo, sencillamente este mismo pueblo que fue el que decidió el camino de la revolución con Chávez a la cabeza, solo hizo lo que siempre ha hecho, desde Chávez para acá no se formó al pueblo para que actuara de otra manera, y no nos referimos solo a la formación teórica sino a la formación activa, en las luchas, en la toma de decisiones, en el control del aparato de estado, en el control de las empresas nacionalizadas, en el funcionamiento de los Consejos Comunales, de las Comunas, de los medios comunitarios y alternativos, las pocas organizaciones que intentan ser autónomas e independientes son invisibilizadas, por ejemplo, la gran cantidad de Consejos de Trabajadores y Trabajadoras (CTT) que existen en las distintas empresas e instituciones del estado no tienen ninguna incidencia ni en el control de las empresas ni en el control de las instituciones, además hay que agregar que mientras la Asamblea Nacional fue de mayoría chavista, jamás intentaron aprobar la ley de los CTT.

Revisen sus gestiones señores ministros, ministras, alcaldes, alcaldesas, gobernadores, gobernadoras, pero háganlo con el pueblo, con sus trabajadores no lo hagan solo con sus “cuadros políticos”, sométanse a la contraloría ciudadana.

Estamos convencidos de que necesariamente hay que hacer un llamado de atención a la dirigencia de la revolución, de no hacerlo es abrogarle lo ocurrido a un pueblo que de manera valiente soportó los desmanes de una gestión que no le dio solución básicamente al problema económico. Una cosa es tomar acciones efectivas de carácter socialista y hablarle al pueblo con la verdad y otra es tomar acciones reformistas y presentar estadísticas que no reflejan la realidad manifestándole al pueblo que todo marcha bien sin presentar balances y dando dinero a diestra y siniestra que no determinan en nuestra economía.

Fíjense como funcionan las cosas, cuando la clase trabajadora organizada o los sectores populares no tienen o producto de su debilidad organizativa no tienen un espacio donde hacer sus críticas y presentar sus propuestas para debatirlas y tomar decisiones, estas se toman de manera vertical por los que “dirigen” y esto lo hacen sin la participación del poder popular organizado, esto fue lo que ocurrió el 6 de enero de 2016 en la designación del nuevo gabinete ministerial y lo que siempre ha ocurrido, esto refleja que nuestro sistema de gobierno sigue siendo el mismo, ahora bien, muchos dirán que el poder popular y la clase trabajadora no tiene la suficiente organización y preparación para asumir el control, esto en cierta medida es verdad, pero no podemos pretender que sea de otra manera cuando en 17 años la “dirigencia” le ha dado largas a esto para que ocurra, esto de recoger propuestas a través de papeles es un método que no permite debatir y defender las propuestas para poder llegar, de ser posible a un consenso o en su defecto someterlo a votación, por ejemplo, en las instituciones se deben construir los benditos POAI con participación de sus trabajadores y con representación de los sectores involucrados, obviamente los actores involucrados deben presentar propuestas para enriquecer dichas discusiones y poder llegar a un acuerdo. Por ejemplo, ¿Con quién debe discutir la política y planes la dirigencia de Min Comunas?, además de sus trabajadores obviamente con las vocerías de los Consejos Comunales y Comunas, esto debería aplicar para todas las instituciones, además esta metodología permitiría disminuir y/o acabar con el burocratismo y la corrupción ya que el control y seguimiento de lo aprobado estaría a cargo del Poder Popular y/o la clase trabajadora con el acompañamiento de los servidores públicos.

Hace unos días escuchamos una entrevista hecha a la camarada Hindu Anderi, en dicha entrevista la compañera manifestaba que la responsabilidad de lo ocurrido el 6D es de todos y todas, esto dicho de manera tan ligera no aclara, su argumento es que en nuestra carta magna se decretó la participación activa y protagónica y ese hecho basta para que el poder popular asuma. Nos parece, y esto es lamentable, esperamos estar equivocados, que la camarada está coqueteando con el gobierno en vista de la falta de dirigentes institucionales. Las leyes persé no dan conciencia, la conciencia de clase se adquiere a través de las luchas concretas, no solo por nuestras reivindicaciones sino por el control del aparato de estado por parte de la clase trabajadora y el Poder Popular, lo que no niega la ayuda que nos da tener una normativa legal que nos apoye y que además debemos defender con todo ante la arremetida de la “nueva” AN.

Ahora con los nuevos nombramientos tenemos a Aristóbulo Istúriz como Vice Presidente de la república, ya era hora de que sacaran a Arreaza. Algo debemos decir de Aristóbulo, fue el único con voluntad y capacidad de reconocer y asumir la pérdida de las elecciones en su estado y de poner su cargo en el PSUV a la orden, a quién le puso el cargo a la orden, esa es otra discusión, en algunas declaraciones el camarada dice que “los Ministerios deben convertirse en instrumentos del Poder Popular, para hacer el trabajo junto y para el pueblo”, aplaudiendo lo dicho queremos decirles que la orden la dieron muy tarde, si esto lo hubieran hecho al inicio del gobierno de Maduro el cuento sería otro, es decir, ni Maduro, ni Aristóbulo están descubriendo el agua tibia, no nos vengan con el cuento de que Chávez les puso la coletilla “del Poder Popular” solo por jactancia, no camaradas, se la puso por que el fin es precisamente ese, que sean del Poder Popular, que sea el Poder Popular el que los dirija y no a la inversa como hasta ahora a venido ocurriendo.

Pero las sorpresas nos siguen sorprendiendo, valga la redundancia, y esta sorpresa no es nada grata, como si lo fue para Fedecámaras cuando ponen al empresario Miguel Pérez Abad como ministro del ministerio del Poder Popular para Industria y Comercio, es decir, “zamuro cuidando carne”, este señor también es presidente de Fedeindustria y otrora obtuvo grandes contratos en la Plataforma Deltana, deseamos que el tiro no les salga por la culata.

Así mismo la compañera Isis Ochoa manifiesta que “El Parlamento Comunal Nacional es una expresión organizativa del Estado venezolano, que trabaja para concretar planes de desarrollo desde la comunidad”, es bueno decir que ciertamente es del Estado venezolano, pero este parlamento debe y tiene que estar dirigido por las Comunas y sus distintas organizaciones, entiéndase Consejos Comunales, Medios Alternativos y Comunitarios, Movimientos Ecológicos, entre otros, no puede ni debe ser dirigido por el Ministerio del Poder Popular para las Comunas, esto sería caer en el mismo error del pasado, ya muchos saben y conocen la gestión de esta compañera quien obligó a los servidores públicos de la cartera ministerial a firmar contratos a tiempo determinado sin importar el tiempo de servicio y que empezando el año a despedido a muchos no renovándoles el contrato, además de eliminar el Mercal donde la mayoría de los empleados hacían mercado.

Entonces camaradas no podemos dejar pasar estas cosas, el apoyo acrítico e incondicional no conduce a nada y nos nos permite ser participativos y protagónicos, la participación y el protagonismo es precisamente la crítica, las propuestas, la gestión directa, el control por parte de las mayorías para poder transformar nuestra estructura social y convertirla en lo que siempre llamó nuestro comandante en su presentación al Plan de la Patria: “Este es un programa de transición al socialismo y de radicalización de la democracia participativa y protagónica. Partimos del principio de que acelerar la transición pasa necesariamente por, valga la redundancia, acelerar el proceso de restitución del poder al pueblo. El vivo, efectivo y pleno ejercicio del Poder Popular protagónico es insustituible condición de posibilidad para el socialismo bolivariano del siglo XXI….” (subrayado del autor)


No nos llamemos a engaño: la formación socioeconómica que todavía prevalece en Venezuela es de carácter capitalista y rentista. Ciertamente, el socialismo apenas a comenzado a implantar su propio dinamismo interno entre nosotros. Este es un programa precisamente para afianzarlo y profundizarlo; direccionando hacia una radical supresión de la lógica del capital que debe irse cumpliendo paso a paso, pero sin aminorar el ritmo de avance hacia el socialismo.” (subrayado del autor).